lunes, noviembre 07, 2005

Profe... se ríen de mí

Tienen cinco, seis u ocho años y cada día, en el recreo, mientras juegan, ensayan una coreografía. Nadie los dirige, pero en cada grupo hay jefes, amigos de la conciliación y chicos en la cuerda floja: en cualquier momento, los cabecillas pueden expulsarlos del juego. "Lo que no saben es que los papeles que representan ahora pueden prolongarse el resto de su vida", señala María José Díaz Aguado, catedrática de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad Complutense. Ahí está el reto. Es en primaria donde pueden aprender a convivir o a reproducir el matonismo que eclosionará en secundaria.

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