lunes, octubre 26, 2009

Un tribunal confirma la falsedad de ocho denuncias de malos tratos por las que un hombre pasó un año en prisión

La Audiencia de Sevilla ha archivado definitivamente la causa contra un hombre que pasó once meses encarcelado por ocho denuncias falsas de maltrato que no pudo cometer y que se referían a lesiones que la denunciante se causó a sí misma.

La Sección Cuarta de la Audiencia, en una sentencia contra la que no cabe recurso, confirma el auto de archivo dictado en mayo pasado por el juzgado de Violencia sobre la Mujer y levanta definitivamente la orden de protección de la supuesta víctima y las medidas cautelares de alejamiento del denunciado.

El denunciado J.A.S.B., de 39 años, pasó 11 meses en prisión preventiva por unas supuestas lesiones a su expareja, R.V.D., que según relata ahora la Audiencia consistieron en cortes superficiales que, por su localización y forma, parecen fruto de "un origen voluntario, no exento de cierto cuidado, y no de un violento y descontrolado acometimiento" por otra persona.

Los jueces llaman la atención sobre el hecho de que ninguna de las agresiones sufridas tuvo testigos, pese a los lugares públicos donde se produjeron, y recogen que el médico que atendió a la denunciante en el hospital en una de sus denuncias no se creyó que hubiese perdido el conocimiento durante dos horas y media por un traumatismo craneoencefálico que ni siquiera apreció en la exploración médica.


Los supuestos navajazos recibidos, según la sentencia, resultaron ser en su mayor parte "heridas incisas muy superficiales", situadas en la parte anterior del cuerpo y que no respondían a las heridas defensivas propias de quienes tratan de evitar una agresión con arma blanca.

Entre diciembre de 2005 y abril de 2008 la mujer presentó ocho denuncias por agresiones y acudió a numerosos programas de televisión para afirmar, entre lágrimas, que es madre de dos hijos pequeños y que no sabía "cómo pedir protección para no ser la próxima en la lista" de mujeres asesinadas por su pareja.


Dice la Audiencia que, frente a la débil acusación, el denunciado presentó coartadas "sólidas", pues aportó varios testigos que le acompañaban en horarios incompatibles con las agresiones.

De hecho, J.A.S.B. llegó a hacerse acompañar siempre por testigos y pedir facturas de los establecimientos que frecuentaba "como eventual defensa ante las múltiples denuncias que le formulaba R.V.B.", recuerda la Audiencia.


Según los jueces, la mujer incurrió en "serias contradicciones" en su última denuncia el 17 de abril de 2008, pues aseguró haber sido objeto de una violenta agresión en su domicilio, pero la propia investigación policial puso de relieve que su ropa no tenía "cortes ni desperfectos" y que la mujer "seguía portando perfectamente colocadas las diez uñas postizas que tenía".

El archivo se basa en informes forenses según los cuales "no se puede descartar la característica autolesiva de las lesiones descritas", por lo que la Audiencia entiende que el material acusatorio es "endeble" y no permite "concretar ninguna acusación fundada".

Fuente El Periódico

Informar sobre la violencia machista ayuda a prevenir nuevos crímenes

¿Qué siente un maltratador cuando lee o escucha una noticia sobre violencia de género? ¿Se envalentona o se acobarda? Todavía no hay estudios que respondan a esta pregunta de manera concluyente, pero algunos expertos habían advertido que la cobertura informativa de la violencia machista provocaba un efecto de imitación en los agresores.

Dos análisis de la Universidad de Alicante no sólo desmontan esta teoría sino que prueban todo lo contrario, es decir, que informar contribuye a disminuir las agresiones sexistas. "La presencia de la violencia de género en prensa y televisión tiene efectos positivos en los maltratadores", explica Carmen Vives, la investigadora principal.

Según su estudio, la probabilidad de que se produzcan muertes por violencia machista después de la difusión de informaciones sobre las medidas políticas encaminadas a atajar estos crímenes es un 10% menor que cuando no hay noticias de este tipo. Entre 2003 y 2007, hubo 340 muertes, 2.362 noticias en prensa y 3.733 en televisión.

Después del análisis, el equipo de Vives -formado por Carlos Álvarez y Jordi Torrubiano- concluyó que el número de muertes posteriores a la difusión de una información fue inferior al número de muertes precedentes, de manera que "reduce el riesgo de mortalidad por violencia de género".

Los investigadores estudiaron primero la cobertura informativa de la violencia machista en los periódicos de mayor tirada nacional: EL PAÍS, El Mundo y Abc. Las noticias se clasificaron en tres tipos: sobre medidas, actuaciones políticas o promesas en torno a la violencia machista (1.850), sobre muertes (347) y sobre sucesos violentos que no terminaron con la vida de la víctima (165).

Vives reconoce que los años analizados forman parte de un periodo muy activo en materia de igualdad, ya que comprenden la aprobación, en 2004, de la Ley Integral contra la Violencia de Género. Aún así, el resultado de la investigación demuestra que los medios pueden convertirse en "instrumentos de prevención de este tipo de agresiones".

Un reto que supera con creces la declaración de intenciones de la ley, según la cualestas informaciones "deberán garantizar la defensa de los derechos humanos, la libertad y dignidad de las mujeres víctimas de violencia y la de sus hijos".

En ese sentido, los medios están cumpliendo, pero Vives advierte de que algunos todavía informan de manera sesgada.

Dar voz a testimonios irrelevantes, como los vecinos, con su frase tipo "eran los dos muy normales" o desvelar la identidad de la fallecida, pero no la del agresor, son errores comunes en los relatos periodísticos. "Se da a entender que el agresor también es víctima y eso no se puede permitir".

Precisamente en contra de esa percepción salieron a la calle hace unos meses las amigas de Laura Alonso, asesinada a finales de agosto en Toén (Ourense) a manos de su ex pareja. Protestaban por el tratamiento "injusto" del suceso en televisión, ya que en algunas cadenas, dicen, se dio a entender que la víctima "se lo buscó".

El equipo de Vives analizó la violencia de género en la pequeña pantalla, excepto en programas del corazón, películas, series documentales y reality shows. Entre 2003 y 2007, los telediarios de TVE, La 2, Telecinco, Antena 3, Canal + (hasta noviembre de 2005), Cuatro (desde noviembre de 2005) y La Sexta (desde marzo de 2006) emitieron 3.733 noticias sobre agresiones machistas.

Casi la mitad hablaban de medidas, un 44% eran crónicas de muertes y 285 relataban un ataque que no terminó en el fallecimiento de la víctima. Vives resalta la importancia de las informaciones que no se ciñen al suceso. "Se debe ir más allá, aprovechar la noticia para recordar el 016, como hacen algunas cadenas, o señalar dónde pueden acudir las maltratadas".

De hecho, la disminución de agresiones machistas se observa, sobre todo, después de la aparición de noticias sobre medidas y no tanto sobre sucesos. Eso debe marcar, aconseja el estudio, las líneas maestras de la estrategia futura de los medios de comunicación. "Sería interesante que llevaran a cabo más campañas preventivas, que informaran a menudo de las políticas del Estado entorno a la violencia de género", explica Vives, "y sobre todo que dieran mayor visibilidad a las asociaciones de mujeres".

Estos colectivos son los primeros en identificar los problemas a los que se enfrentan las víctimas y contribuyen a que la imagen mediática de la mujer maltratada deje de ser una cara morada en televisión o unas iniciales en un periódico.

Fuente El País