viernes, noviembre 25, 2005

Internet de colores

Parece que fue ayer. De hecho fue el siglo pasado. Allá por 1993, tuve el privilegio de ser de los primeros que, utilizando el monitor del ordenador a modo de ventana, nos asomamos a un mundo nuevo.

Los que nos habíamos criado en las BBS, comprobamos que en aquellos primeros momentos, los contenidos de la red se encontraban fundamentalmente alojados en servidores de universidades o en organismos de la Administración del estado. Los pioneros descubrimos el email, el ftp, gopher, telnet y otras posibilidades que ofrecía el avance de las comunicaciones a través de la línea del teléfono.

Eran tiempos en que la clase social de los internautas se medía por la velocidad de su modem: clase obrera –a la que pertenecía- los de 14.400 baudios, clase media los de 28.800 y acaudalados los de 56.600.

Nadie sabía entonces lo que era una línea ADSL, ni podía imaginar los avances, trece años después, de las velocidades conexión a la red.

Lo primero que hacíamos los entusiastas de la red, tras recuperarnos del resplandor, era plantearnos como y de que manera podíamos participar en el asunto, en pocas palabras, como colgar en la red nuestra aportación.

Esa iniciativa pasaba por empaparnos en el aprendizaje del lenguaje HTML para poder publicar con cierta dignidad los contenidos de lo que orgullosamente llamábamos nuestra web.

En aquellos tiempos, ya lo he comentado desde estas páginas en alguna ocasión, los contenidos jurídicos en castellano en la red se contabilizaban con los dedos de una mano, y sobraban. Mi aportación, en forma de web jurídica, fue una de las pioneras y primeras, y tuvo su éxito en su momento. A día de hoy, sus objetivos se hayan sobradamente superados por iniciativas comerciales y mi proyecto es tan sólo un recuerdo, entrañable para mi, del que, aún a fecha de hoy, siguen dando respuesta los buscadores de más renombre.

Eran tiempos de una especial filosofía. Dar tus conocimientos, tus recursos, tu tiempo, tu obra y hasta tu dinero; a cambio de nada.

Era una filosofía peligrosa para las empresas que veían la red como un inmenso mercado, y que en su momento intentaron atajar, obteniendo como respuesta movimientos como el Open Source, el Software libre, las redes P2P y otras cosas que no gustaron a unos pocos, los más poderosos; y que otros muchos defendíamos y defendemos.

Eran los tiempos en los que aún no existía Terra y sus acciones, tiempos en que google, se gestaba por dos universitarios barbilampiños y en los que Linux era el proyecto de un estudiante finlandés.

Eran tiempos en los que se aprovecho el resplandor para atraer a la bolsa el dinero, en que invertir en empresas cuyo patrimonio tangible era poco más que una página web y tiempo en el que estaba de moda para ganar dinero rápido y fácil con eso de internet.

Pero como en la vida no todo es color de rosa, o lo que es lo mismo, en todas partes cuecen habas, no era raro que los contenidos que de manera libre y altruista colgabas en la red fueran utilizados por terceros sin autorización, incluso para lucrarse con ellos.

No era nada extraño como digo. A un servidor le ha ocurrido en tres o cuatro ocasiones encontrar un artículo o monografía de su autoría, colgado en la red por un desaprensivo que, o bien no citaba la fuente de obtención, o, en el peor de los casos, se atribuía directamente la autoría.

Pero como cada problema tiene al menos una solución, se intento paliar este frecuente y desagradable fenómeno con lo que se vino a llamar la licencia Creative Commons.

Este recurso jurídico, fue obviamente creado en el mundo anglosajón, concretamente en los EEUU, para proteger al autor, permitiéndole acogerse de manera libre a la protección de una licencia que autorizaba fundamentalmente a copiar, distribuir y comunicar públicamente la obra publicada en la red con las condición de reconocer los créditos de la obra de la manera especificada por el autor o el licenciador, con la prohibición de utilizar la obra para fines comerciales y de alterar, transformar o generar una obra derivada a partir de esa obra.

La licencia permite reutilizar o distribuir la obra pero es necesario dejar bien claro los términos de la licencia de la misma. Y obviamente alguna de esas condiciones puede no ser de aplicación si se obtiene el permiso del titular de los derechos de autor.

La licencia Creative Commons es en definitiva un contrato que todo aquel que quiera reproducir o usar la obra protegida viene obligado a cumplir.

Obviamente, la licencia que he descrito es una de las varias posibles que Creative Commons tiene previstas.

Existen versiones diferentes para el supuesto de que el autor presté su autorización al uso comercial, o que permita modificaciones, creando incluso un registro virtual de las obras licenciadas.

Todo muy bonito, pero con una pega. La redacción de las licencias esta basada en la legislación estadounidense o de origen anglosajón.

Como ya expresé en mi artículo en estas páginas sobre el shareware, existían para esa modalidad de distribución de software, herramientas en nuestro ordenamiento para regularlo, sin tener que recurrir al foráneo.

La misma premisa es de aplicación a las licencias de distribución de las obras en Internet.

Pero... pobre de mi, alguien más rápido y listo que yo, partiendo de algo tan sencillo y obvio, ha tomado ese testigo huérfano y ha moldeado una regulación para los creadores en la red sometidos a nuestro ordenamiento (y a otros muchos según veo)

No hace ni un mes que nuestro compañero Pedro J. Canut ha creado COLORIURIS.

COLORIURIS es la respuesta de nuestro derecho a Creative Commons y se basa, según Pedro en que «definir la política de derechos de autor de los contenidos en línea a partir del modelo continental, y con respeto al Convenio de Berna y la normativa de U.E. con efectos legales en los siguientes países: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, España, Guatemala, Honduras, México Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, Republica Dominicana, Uruguay y Venezuela».

Y ello «porque, a pesar de que los derechos de autor constituyen una las disciplinas jurídicas con mayor grado de armonización internacional, coexisten todavía dos tendencias bien diferenciadas; el modelo anglosajón, que pone el acento en los aspectos puramente mercantiles de los derechos de autor, y el modelo continental que trata de equilibrar los derechos de los autores con el derecho al libre acceso a la cultura, y diferencia entre derechos morales y derechos de explotación».

La reacción de la red hispana, especialmente de la llamada blogosfera, ha recibido con un nutrido aplauso virtual la iniciativa de nuestro compañero, desde varios sitios web hablaban no ha mucho de COLORIURIS en los siguientes términos:

«Yo no soy abogado, pero creo que es muy interesante atender a los argumentos de Pedro y seguir de cerca estas Coloriuris. Prometen que serán válidas en muchos países de América y aún no está disponible el registro de nuevos sitios web. Aunque muchos pueden quejarse del exceso de licencias (CC, todas las correspondientes al software libre), el mundo del derecho nunca se ha destacado por su simplicidad y si las Coloriuris vienen a aportar novedades que supongan ventajas para autores y ciudadanos, bienvenidas sean.
http://www.error500.net
»

«Pedro Canut lleva tiempo proclamando urbi et orbi que las licencias Creative Commons son muy monas y tal, pero son un barbarismo, una transposición a las bravas del Derecho anglosajón en nuestro entorno jurídico, que resulta que es más garantista en esto que el anglosajón. Ahora se ha puesto manos a la obra y ha creado Coloriuris, un esquema similar a Creative Commons pero basado en el Derecho continental (o sea, el nuestro), en vez de hacerlo en el Derecho anglosajón, y en contratos de cesión en vez de en licencias.
Mi capa de pintura de formación jurídica me dice que esto puede tener mucho sentido. Y, francamente, si alguna vez me veo en la tesitura de tener que defender derechos sobre nuestros blogs ante los tribunales, me sentiría más cómodo con una figura basada en el Derecho local y creada por abogados locales, que entienden internet, los blogs, el entorno jurídico local y además son amigos. (http://www.merodeando.com)»

Con COLORIURIS, el autor sujeto a derecho continental tiene a su disposición una herramienta jurídica especializada para proteger su obra en la red, y que esta basada y sometida a su propio derecho. Tan simple y sencillo como grande y efectivo.

Poco más que decir, si acaso añadir que, en consonancia con el nombre de la licencia, cada variante de la misma se identifica con un color distinto, lo que hace incluso agradable a la vista la colocación del banner de la misma en la página web.

Enhorabuena por la idea, Pedro, suerte con el proyecto, del que me siento orgulloso por su originalidad y por ser puesto en marcha por un abogado zaragozano.

Toda la información en https://www.coloriuris.net/

Día internacional contra la violencia de género

Un día en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer

Raimunda Peñafort, autora del libro "Una juez frente al maltrato" y Juez titular de un juzgado de Violencia sobre la Mujer, relata un día de su actividad.

El día está apagado, lluvioso, triste. Son las 8.30. En unos minutos el paisaje gris de la ventana desaparecerá. Me encerraré en la sala de vistas y la centrifugadora del juzgado comenzará a elevar el ritmo de sus revoluciones durante las siguientes seis horas. Pero antes tengo que aprovechar esta hora para calificar las 15 o 20 denuncias que han entrado por reparto ordinario e indicar el procedimiento y las diligencias en cada una de ellas. Tengo que revisar un montón de papeles pendientes de firma y resolver un par de recursos.

Antes de conseguir sumergirme en los papeles, las dos plantas que colorean el ambiente funcional del despacho llaman mi atención. Ellas tampoco parecen librarse del síndrome del lunes: están mustias. Conseguir agua para regarlas es toda una excursión. Debo recorrer el pasillo enfilado de mujeres asustadas, niños que revolotean y hombres nerviosos.

Esta semana estamos de juicios rápidos. Cada día celebramos siete señalados desde las comisarías de Madrid. Las partes, abogados y testigos ya han sido citados por la policía, y en algunos de esos casos el denunciado vendrá detenido si los hechos han sido graves o se ha apreciado riesgo de reiteración delictiva. Atender esos casos en menos de seis horas es una carrera contrarreloj. A las tres de la tarde termina la jornada laboral de los funcionarios y es preciso haber concluido para entonces. Pocos días lo conseguimos. Es difícil salir del juzgado antes de las cuatro de la tarde, sin haber parado un solo instante.

Difícil distinción

Los papeles sobre la mesa han crecido. Son las copias de los atestados correspondientes a los siete juicios rápidos que vamos a celebrar. Conviene echarles un vistazo. Cuatro meses después de la entrada en funcionamiento de estos juzgados se sigue confundiendo por la policía los casos de violencia doméstica con los casos de violencia de género. Nuestra competencia es exclusiva para los casos de violencia de género, conductas delictivas realizadas por un hombre contra una mujer que sea o haya sido su cónyuge o a la que esté o haya estado unido con una relación afectiva análoga a la conyugal. Las agresiones entre hermanos, de padres o madres a hijos, o de mujeres a hombres no entran en nuestra competencia objetiva y el juzgado debe inhibirse.

Esta diferenciación entre un tipo y otro de violencia es de difícil comprensión para muchos, sobre todo para aquellos que no entienden la realidad de la violencia contra la mujer por el hecho de ser mujer. Este tipo de violencia, tan extendido como silenciado a través de siglos, sigue siendo desconocido y negado por muchos por ignorancia o por el interés de que todo siga como hasta ahora.

Cuando yo empezaba a trabajar a mediados de los años setenta se decía que la mujer que accedía al mercado laboral quitaba un puesto de trabajo a un hombre cabeza de familia. Treinta años después somos muchas las mujeres cabezas de familia que probablemente sin aquel trabajo hoy estaríamos resignadas.

Cuesta arrancar el primer juicio. Hemos de estar todos, la denunciante, su abogado, el abogado del denunciado, el fiscal, el secretario del juzgado, el funcionario, el fiscal, el juez. Suena el teléfono: es de una diputación provincial. Quieren saber si puedo dar una conferencia, es difícil hacerles entender que no puedo seguir hablando y que no sé cuándo podré seguir la conversación. Desde luego, no durante esta mañana: la centrifugadora está en marcha.

El primer juicio es de malos tratos psicológicos. La mujer lleva 30 años casada, no ha trabajado fuera del hogar, el marido le ha inculcado que no sirve para nada, que es una gorda insulsa, y que sin él ella no sería nada. Los insultos y las amenazas son continuos desde hace años. Ella tiene miedo a separarse porque él le amenaza con dejarla en la calle, y ella sabe que con más de 50 años y sin una preparación es muy difícil encontrar un trabajo. El domingo se decidió a presentar denuncia porque en la comida discutieron y el marido le arrojó a la cara el plato de paella. Estaba presente el novio de la hija y ella se sintió terriblemente humillada. Como había testigos, el juicio quedó señalado para el siguiente día. Ella ha pasado la noche en casa de una hermana, tenía miedo a encontrarse a solas con él después de haberle denunciado.

El marido declara que le lanzó el plato porque ella le había provocado llevándole la contraria. Alega que en su casa nadie le hace caso, que los hijos, los dos estudiantes universitarios, estaban siempre a favor de la madre y que él era el único que trabajaba para alimentar a vagos. Responde afirmativamente cuando le pregunto si la esposa era la única que realizaba las tareas domésticas y si los hijos iban superando cada curso.

Mientras el fiscal y los abogados piden que el procedimiento continúe como juicio rápido, pienso en cuántas personas desprecian el trabajo no remunerado, como si no fuera importante. Este hombre cree que el único valioso en su familia es él por ser el único que genera ingresos. No puede entender que el afecto y el respeto discurren por senderos distintos a los económicos. El ministerio fiscal le acusa de un delito de maltrato. Pide la pena de seis meses de prisión, y las accesorias, entre ellas la prohibición de acercarse y comunicarse en los próximos tres años. La abogada de la mujer se adhiere y el denunciado y su letrada se conforman con las penas.

La ventaja que la ley prevé para el denunciado que se conforma con el escrito de acusación es la rebaja en una tercera parte de las penas solicitadas. Dicto sentencia in voce. Digo que se acuerda la suspensión de la ejecución de la pena privativa de libertad, y explico que las medidas de alejamiento y prohibición de comunicación no se suspenden, sino que se ejecutarán seguidamente. Detallo que desde ese momento él no podrá acercarse a ella a menos de 500 metros en los próximos dos años, tampoco podrá comunicar con ella. Si lo incumple puede incurrir en un delito de quebrantamiento de condena. Estas prohibiciones directamente impuestas a él, también la alcanzan a ella indirectamente, porque no podrá provocarle para que incurra en ese quebrantamiento. Él está de acuerdo en abandonar la casa esa tarde, y como debe acudir al domicilio a retirar sus efectos, el juzgado le dará un oficio dirigido a la comisaría de su barrio para que acuda al domicilio acompañado de un agente de policía.

Durante el juicio el denunciado y la denunciante están separados por un biombo; entre ellos se oyen pero no se ven. Yo sí veo que los dos rompen a llorar. Quizás ninguno de los dos esperaba esta drástica solución llegada por voluntad de la ley, sí, pero de forma tan rápida, tan inmediata, que tal vez ninguno de ellos haya podido digerirla todavía.

Una hora para cada caso

Se firman las actas. Enseguida pido que vayan entrando los siguientes. Cada caso habría de ser resuelto en menos de una hora, pero la mayoría de ellos requiere más tiempo. Por eso, es frecuente adentrarnos en las horas de la tarde sin interrupción, con el estómago ardiendo, y sin querer pararnos a pensar, para evitar la cara de bobos que se nos quedaría, que verdaderamente estos juzgados han sido creados con la lacra del servicio de funciones de guardia a diario sin entrar en los horarios ni en las remuneraciones previstas para esos servicios.

De las cuatro semanas de cada mes, dos de ellas estamos de juicios rápidos. La tercera atendemos las solicitudes urgentes de órdenes de protección, cuyo número diario oscila de cinco a diez. La cuarta semana se destina a tramitar las denuncias recibidas por reparto ordinario, cuyo número supera las doscientos mensuales, tramitar demandas de separación y divorcios, y celebrar juicios de faltas. Es decir, que imposible. Pero el tiempo apremia y no hay momentos para formular quejas, peticiones, y menos, para pedir milagros.

El siguiente juicio trata de una separación matrimonial que el abogado de la mujer se empeña en criminalizar. ¿Para qué pienso yo? En estos nuevos juzgados los asuntos van más lentos. Se trata de una pareja sin hijos. Él se ha ido a vivir con sus padres. Sobre el uso de la casa conyugal no será preciso pronunciarse en este juicio. No puedo adivinar qué pretenden conseguir por esta vía penal. ¿Acaso el deshonor para el marido de ponerle la etiqueta de maltratador?

Queda claro que este matrimonio tiene presentada demanda de separación, que tiene señalada la fecha del juicio para dentro de unos días, y que esta denuncia se ha presentado porque la pareja se cruzó en la calle e inició una discusión que fue subiendo de tono. Él le dijo que era una desgraciada, que iba a verse sola el resto de sus días y que se acordaría de él. Ella dice que sintió miedo y que por eso fue a denunciar, pero en el juicio afirma que durante los dos años que duró el matrimonio las discusiones de este tipo eran frecuentes y ella no se sintió atemorizada, al menos en ningún momento había presentado denuncia ni se vio obligada a salir del domicilio conyugal.

Después, el abogado de él inicia una serie de preguntas sobre los dos años de matrimonio que nada tienen que ver con los hechos objeto de la investigación que realizamos. Le digo que debe atenerse a ellos.

Sale la denunciante después de su larga declaración y entra el denunciado. Otra vez se eternizan los interrogatorios en el vano intento de sacar de donde no hay. Él se queja una y mil veces de que no sabe "de qué va ésta ahora denunciando", que "la separación ya estaba arreglada". Me cuesta controlar los gestos de impaciencia, y cruzo miradas con el fiscal, con la secretaria del juzgado.

Es normal que en esta materia nueva, carente de cultura, en la que todos los conceptos están por definir, los perfiles de las conductas por determinar, suela haber dificultades a la hora de distinguir entre disputas más o menos acaloradas, y lo que es constitutivo de violencia. Por sentido común todos tenemos claro, que las diferencias de criterio y las discusiones, por otra parte normales en las parejas o en cualquier convivencia, no constituyen ilícitos penales, es cuando la agresividad verbal o de obra se dispara llegando a realizar comportamientos violentos que vulneran la integridad física o psíquica del otro cuando se realiza la conducta penalmente prohibida. El sufrimiento, la rabia, la frustración, como emociones derivadas de la ruptura de la pareja, tampoco pueden ser confundidas con maltrato psicológico. No puede hacerse un totum revolutum criminalizando toda la problemática de la pareja, ni puede permitirse que alguien crea que por el simple hecho de ser mujer puede obtener un privilegio de la ley de protección. Una cosa es ser mujer y otra ser víctima de maltrato, como distintos son los conceptos de hombres y maltratadores. La confusión o el abuso perjudican la credibilidad de estos juzgados y la necesidad de la ley de protección integral que los creó.

In voce, adelanto que voy a acordar el sobreseimiento y verbalizo los pensamientos sobre la confusión entre discusiones y maltrato psicológico. Me desahogo sobre las baldías intenciones de criminalizar una separación. Como siempre, ya estamos fuera de tiempo. Son más de las once de la mañana y todavía nos quedan cinco juicios, tres de ellos con detenidos.

La siguiente mujer, ecuatoriana, entra antes de ser llamada. Tiene los ojos ensangrentados, un bebé en sus brazos, y una única idea clara: retirar la denuncia. Dice que fue ella la que se cayó provocando las lesiones, que su novio "había tomado", que sólo ella tuvo la culpa de todo y que quiere que él sea puesto en libertad, no quiere dejarlo, ni que le alejen de él. Le digo que está bajo juramento y que debe decir la verdad, que sus afirmaciones de ahora no se corresponden con lo que declaró ante la policía afirmando haber sido golpeada por su compañero. De nada sirve advertirle que puede incurrir en responsabilidad criminal si miente; informarle que en España la violencia sobre la mujer se persigue de oficio, sin que el perdón de la ofendida o la retirada de la denuncia surta efectos jurídicos; decirle que tanto ella como su bebé tienen derecho a ser libres y vivir en paz sin soportar agresiones. Me alegro de que no haya conformidad por parte del denunciado. Eso me libra de poner una sentencia condenatoria sabiendo que difícilmente iba a ser cumplida la preceptiva medida de alejamiento.

Las horas avanzan ajenas a cada drama humano que se va revelando en la sala de vista. Un día más nos sorprende la hora. Son casi las cuatro de la tarde En la secretaría permanecen sólo dos funcionarios y la mesa del despacho se ha vuelto a llenar de montones de papeles pendientes de firma y resoluciones. Arde el vacío del estómago y en la cabeza disminuye el vértigo trepidante de los casos que he visto. El día sigue gris y lluvioso mientras cargo la cartera con expedientes que estudiaré en casa. Los montones que quedan a la espera son los que más me inquietan. En estos juzgados la carga humana del conflicto que anida en cada procedimiento es explosiva. En cualquier momento alguna tragedia puede estallar. Sé que mi angustia la sufren otros jueces, es idéntica en todos los que hemos asumido estos nuevos juzgados cuyo número y medios son claramente insuficientes para abordar la magnitud de la realidad social de este tipo de violencia. Nuestro entusiasmo, vocación y esfuerzo nos ayuda a soportar la carga que día a día aumenta, pero sabemos que no son suficientes.

Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres

Hoy se conmemora el Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres, una jornada para denunciar cifras escalofriantes como las que maneja Naciones Unidas, según las cuales cada 18 segundos una mujer es maltratada en el mundo. Sólo en España 56 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o ex parejas en lo que va de año.

A pesar de estar en pleno siglo XXI, hay que seguir haciendo recuento de las víctimas que se cobra el machismo a diario en el mundo. Al menos una de cada cinco mujeres es víctima de malos tratos en su propia casa.

En nuestro país, la violencia doméstica se cobró 246 víctimas mortales entre 1999 y 2003, según datos del Instituto de la Mujer.

Ante la necesidad de aportar soluciones, en agosto de 2003 se aprobó la orden de protección inmediata para las víctimas de malos tratos que temieran por su vida. Sólo en los cinco primeros meses se solicitaron cerca de 8.000 -el 95,7% de ellas por mujeres-, de las que los jueces acordaron 6.004 (en el año 2004 se concedieron 21.329; en el primer semestre de 2005, 15.302). La medida lleva aparejada la posibilidad de solicitar una orden de alejamiento para el agresor.
Más juzgados exclusivos

El Observatorio contra la Violencia Doméstica ha defendido la necesidad de crear nuevos juzgados con competencias exclusivas y de reforzar los ya existentes con las correspondientes dotaciones de medios humanos y materiales.

Con ocasión del Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres, el Observatorio, adscrito al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), añadió que estos juzgados tienen que ofrecer una respuesta no sólo proporcionada y motivada sino ágil, que evite prolongar el calvario de las víctimas.

La Federación de Planificación Familiar de España también ha querido sumarse a la celebración de este día y ha recordado que a lo largo de su vida, una de cada cinco mujeres en el mundo será víctima de violación o de intento de violación, que una de cada tres habrá sido golpeada o forzada a mantener relaciones sexuales o maltratada de otras formas.

También ha indicado que la violencia de género mata y discapacita a más mujeres de 15 a 44 años en todo el mundo que la enfermedad del cáncer y provoca más trastornos de salud que la suma de las víctimas de accidentes de tráfico y paludismo.

Fuente El Mundo

jueves, noviembre 24, 2005

Tres millones de niñas sufren anualmente mutilaciones genitales

Unos tres millones de niñas son sometidas anualmente a ablación o mutilación genital en los países del África subsahariana y Oriente Medio, según un informe de UNICEF publicado hoy.
Se trata de una práctica tradicional de la que se cree que contribuye a resaltar la belleza, la honra, el estatus social y la castidad, lo que aumentaría las posibilidades de matrimonio de la muchacha. Los padres alientan la ablación genital en su creencia de que de esa forma protegen mejor la honra y la belleza de sus hijas, reconoce UNICEF en un comunicado.

Esa organización multilateral de ayuda a la infancia calcula que en los veintiocho países donde se practica la mutilación genital de las muchachas el número total de afectadas se eleva a unos 130 millones. Si anteriormente se calculaba en dos millones la cifra anual de ablaciones, hoy se cree que se aproxima a los tres millones, lo que no significa que haya aumentado mientras tanto el número de operaciones de ese tipo, sino que ha mejorado la recogida de datos.

El informe examina algunas de las estrategias que están ayudando ya a las comunidades a abandonar esa uso como las iniciativas que apoya la UNICEF en Egipto y que están destinadas a estimular el debate abierto sobre esa cuestión. La participación en ese debate de líderes de opinión, entre ellos los líderes tradicionales o religiosos, puede desempeñar un papel decisivo a la hora de fomentar la discusión, señalan los autores del informe. Hay que formar a personal sanitario, a curanderos tradicionales, a trabajadores sociales y maestros para que desaconsejen ese tipo de prácticas, agregan.

La ablación es además una preocupación global pues afecta también, aunque en distinto grado, a mujeres que viven en el seno de grupos inmigrantes en los países ricos. La eliminación de la mutilación genital femenina a gran escala requerirá mayores esfuerzos que hasta ahora por parte de los gobiernos, de la sociedad civil y de la comunidad internacional, explica también el informe.
Hay ya leyes que la prohíben en algunos países africanos y de Oriente Medio, así como en aquellos otros en los que esa práctica afecta a las comunidades inmigrantes: entre ellos, Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Estados Unidos y algunos europeos.

Más en ABC

Fútbol contra la violencia doméstica

Son jóvenes, tienen éxito y cada fin de semana atraen la mirada de millones de hombres. Conscientes del poder que tienen como gancho, el Instituto de la Mujer ha recurrido a Fernando Torres, Iker Casillas y Sergio Ramos para lanzar un mensaje de condena a la violencia doméstica.

La campaña, a la que han prestado su voz y su imagen, incluirá la emisión televisiva de mensajes de sensibilización. En ellos, los futbolistas afirman tajantes que la violencia contra las mujeres "no es un juego", solicitan la colaboración de toda la sociedad para ganar "la competición más importante de todas" y piden no guardar silencio ante este tipo de actos.

Con motivo del Día para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, que se celebra el viernes, el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales -a través del Instituto de la Mujer- la Liga de Fútbol Profesional (LFP) y el Consejo Superior de Deportes alcanzaron un acuerdo para realizar diversas acciones.

Entre ellas, figuran los anuncios grabados por Casillas, Torres y Ramos, que se emitirán durante el partido del próximo sábado entre el Celta y el Valencia. En este encuentro se exhibirá, además, una pancarta con el lema "No a la Violencia de Género".

El partido será emitido por las cadenas autonómicas y miles de hombres de todas las edades estarán mirando. Será por tanto un momento idóneo para llegar a la población masculina y calar en la conciencia de los más jóvenes. Y es que, el poder de atracción de estas estrellas no sólo sirve para las marcas deportivas.

Fuente El Mundo

martes, noviembre 22, 2005

Sobre la marcha de la Ley de Protección Integral

Los nuevos juzgados especializados en violencia sobre la mujer (más de 430, de los que 19 se dedican sólo a ello) y el agravamiento penal (mayor castigo para los hombres que para las mujeres que maltraten a su pareja) entraron en vigor el pasado 29 de junio, seis meses después que el resto de las iniciativas de la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. "Gracias a ellos ha acabado la dispersión judicial y la descoordinación entre la causa civil y la penal", afirma Montserrat Comas, presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Estos juzgados se encargan tanto de la denuncia por maltrato como de una eventual separación matrimonial de la agredida.


- Exceso de trabajo judicial.

La sobrecarga de trabajo de buena parte de los juzgados de violencia ha provocado que el Ministerio de Justicia proyecte crear 18 juzgados exclusivos más en 2006. Respecto a los demás, que atienden también otras causas, ha pedido al CGPJ que se reparta mejor su carga de trabajo para que la atención a los asuntos de violencia deje de provocar retrasos en la celebración de los juicios previstos. El secretario de Estado de Justicia, Luis López Guerra, aseguró ayer que el gran volumen de trabajo de algunos juzgados de violencia puede deberse al "efecto llamada" que ha tenido la creación de nuevos medios de protección a las víctimas. También actúa ya una superfiscal contra la violencia y medio centenar de fiscales especializados.

- Más policías.

Un total de 1.120 agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil atienden y/o protegen a las mujeres víctimas de la violencia machista, según la Delegada del Gobierno contra la Violencia sobre la Mujer, Encarnación Orozco. En enero pasado, se encargaban de esta labor 720 agentes, según Interior. Los sindicatos rebajaban la cifra a 354.

- 2.034 mujeres con teleasistencia.

El sistema de teleasistencia para maltratadas, previsto antes de que se aprobara la ley integral, cuenta con 2.034 beneficiarias, según Orozco. Son mujeres con orden de protección que disponen de un teléfono para advertir de cualquier peligro y recibir apoyo psicológico.

- Rehabilitación pendiente.

Aunque la ley permite en algunos casos castigar a los maltratadores con trabajos en beneficio de la comunidad, aún no se han desarrollado los criterios para establecer las tareas, lamenta Comas. Por otra parte, la Red de Organizaciones Feministas contra la Violencia de Género pide al Gobierno que homologue las terapias rehabilitadoras que pueden seguir algunos agresores para evitar la cárcel.

Fuente El País

Hombres contra el maltrato

Otra forma de ser hombre es posible”. Ésta es la bandera que enarbola la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género (AHIGE). Según este colectivo, lo más inmediato para luchar contra la discriminación de la mujer es apoyar a los hombres en su cambio. “Los hombres no podemos mirar hacia otro lado como si la violencia de género no fuera con nosotros”, asegura Antonio García, presidente de la asociación.

Los miembros de este colectivo defienden "un modelo de masculinidad basado en la igualdad, la justicia, el respeto y la solidaridad", convencidos de que la igualdad real de la mujer no es posible sin una revolución masculina. Tal revolución exige que el hombre se acepte a sí mismo como un ser sensible, afectivo y vulnerable, primer paso para empezar a cuestionarse los estereotipos sociales y culturales vigentes.

"Hemos heredado de nuestros padres el modelo del hombre tradicional, basado en ideas de fuerza, poder y competitividad; el hombre líder que tiene que tener éxito, dirigir, mandar…", explica García. "La fuerza es el eje central que articula todo el modelo. Tenemos la obligación de aparecer siempre fuertes ante todo el mundo. Somos esclavos de esa idea y no hemos sido capaces de construir un modelo alternativo de masculinidad".

El movimiento de hombres por la igualdad empezó a dar sus primeros pasos en los años 70 en los países nórdicos y en EEUU, fundamentalmente en California. En España, los primeros grupos masculinos de reflexión, con ideologías muy diversas, se formaron en Valencia y en Sevilla en 1985. AHIGE nació en mayo de 2001, ante la inquietud de un grupo de hombres interesados en debatir y analizar cuestiones sobre el género y su influencia en la vida cotidiana.

Tres son los principios básicos que rigen su lucha por la igualdad: ser pro-masculino (creer que el hombre puede cambiar y apoyar ese cambio), ser pro-homosexual (comprometerse contra la homofobia y la opresión de los homosexuales) y ser pro-femenista (luchar contra el sexismo y la discriminación por motivos de género).

AHIGE vive de las cuotas asociación, subvenciones y actividades profesionales propias de formación (talleres de plancha, costura, cocina, seminarios sobre masculinidad, relaciones entre géneros, autoestima para hombres, prevención de la violencia…). El perfil de sus más de cien asociados se corresponde con individuos de unos 30 años, la mayoría con estudios y un nivel sociocultural medio-alto. "Nos une un proceso de autocuestionamiento personal de muchas cosas, empezando por nosotros mismos", explica el presidente de la asociación, que es trabajador social, está casado y es padre de un hijo.

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Fotografías de famosas contra el maltrato

CADA 18 SEGUNDOS una mujer es maltratada en algún lugar del mundo. Y para denunciarlo, 18 rostros famosos han prestado su imagen para mostrar la dimensión de los golpes y las heridas de los malos tratos en una exposición que fusiona fotografía, música y pintura. La muestra, organizada con motivo de la celebración, el 25 de noviembre, del Día Internacional contra la Violencia de Género, estará abierta al público en el Círculo de Bellas Artes de Madrid hasta el 27 de noviembre. (Dirección: Alejandro Marcos; Fotografía Iván Hidalgo; Música: Miquel Tomás)

lunes, noviembre 21, 2005

Uno de cada tres británicos culpa de violación a las propias mujeres

Uno de cada tres británicos considera que una mujer no pueden quejarse si la violan cuando se ha dedicado a coquetear abiertamente, va vestida de modo indecoroso o se emborracha.

Ése es el resultado de una encuesta encargada por Amnistía Internacional, que ha suscitado fuerte preocupación entre los grupos de apoyo a las víctimas de la violencia machista. Un segundo informe, publicado también hoy, atribuye al desinterés de la policía el hecho de que no se denuncien muchas violaciones o que tan sólo en contadas ocasiones se condene a los responsables.

Si bien han aumentado en los últimos años las denuncias por violaciones, el número de condenas por ese motivo no ha variado mientras tanto. Ello hace que el índice de condenas con respecto a las denuncias efectuadas haya caído de un 33 por ciento en 1977 a poco más de un 5 por ciento en la actualidad.

Según el primer sondeo, una de cada cinco personas cree que la mujer tiene la culpa de que la violen si ha demostrado promiscuidad sexual en el pasado. Aproximadamente el mismo porcentaje considera que si una mujer camina por una zona peligrosa o abandonada y es asaltada sexualmente, ella misma se lo ha buscado, al menos en parte. La percepción del millar de hombres y mujeres consultados para el sondeo de Amnistía Internacional es muy similar por lo que se refiere a la atribución de responsabilidad a la propia víctima.

Vera Baird, diputada del Parlamento británico que encabeza una comisión sobre la Mujer y el Sistema Penal Británico, cree que mientras no cambie esa actitud del público en general, los jurados que deben decidir en los procesos por violación van a seguir absolviendo a muchos violadores.

En 2004-05 se produjeron en Gran Bretaña más de 12.000 violaciones, aunque sólo un 15 por ciento se denunciaron a la policía, según algunos cálculos.

Fuente ABC

Cada 18 segundos una mujer es maltratada

Cada 18 segundos una mujer es maltratada en el mundo, según datos de Naciones Unidas. Y al menos una de cada cinco es víctima de malos tratos en su propio hogar, según la OMS. En pleno siglo XXI, no hay ni un solo país en el que hombres y mujeres tengan el mismo estatus ni las mismas oportunidades. Tal desigualdad es el principal escollo para erradicar la violencia de género.

Ya en 1981, la ONU advertía de que "la discriminación contra la mujer viola los principios de la igualdad de derechos y del respeto de la dignidad humana"; en la declaración de Pekín (1993) se calificaba la violencia de género como una importante "violación de los derechos humanos"; más recientemente, en 2002, el Consejo Europeo declaraba la violencia doméstica como un "mal endémico", al ser la principal causa de muerte entre las mujeres de 16 a 44 años.

Sólo en España, 56 mujeres han sido asesinadas en lo que va de año por sus parejas o ex parejas -el caso más reciente, el pasado sábado, en Tarragona, apenas una semana después de que se produjeran tres muertes en un solo día-. Y hay muchas más que son agredidas día tras día física y/o psicológicamente en la intimidad de su hogar. Pero más allá de la violencia en el ámbito doméstico, están las agresiones que sufren las mujeres por el simple hecho de serlo. Todo se engloba dentro de la denominada "violencia de género", término incorrecto, según la Real Academia de la Lengua -que llegó a recomendar el uso de "violencia sexista o de sexo"-, pero que ha 'calado' tanto en la sociedad española en los últimos años que ha dado nombre a la propia ley destinada a combatirla. La Red de Organizaciones Feministas contabiliza hasta el momento 72 mujeres asesinadas en 2005 en nuestro país.

Muchas son las causas que citan los expertos para explicar la violencia doméstica y de género, pero hay una que se impone sobre las demás: la desigualdad real que aún existe entre hombres y mujeres en un mundo que sigue siendo machista. No es tarea fácil erradicar los estereotipos culturales y sociales heredados del tradicional modelo patriarcal que vinculan la hombre con la idea de la fuerza y a la mujer con la de la sumisión. Tampoco ha sido fácil llegar al grado de concienciación social que existe hoy. Hasta hace relativamente poco, la violencia en el ámbito de la pareja se entendía como un problema de puertas adentro en el que nadie se debía inmiscuir. Hoy, gran parte de la sociedad es consciente que no se puede ni se debe mirar hacia otro lado.

Resto del artículo en El Mundo

Violencia sobre la mujer en Chile

Para nuestros lectores chilenos

Investigación comparativa del Sernam sobre violencia intrafamiliar en cuatro regiones del país, concluye además que cuatro de cada 10 mujeres sufren violencia sicológica, y entre un 25% y un 32,% ha sido pateada, arrastrada o ha recibido una golpiza

Resultados

De acuerdo a los resultados, las manifestaciones y frecuencia de violencia física leve (abofeteo, lanzamiento de objetos, empujones y tirones de pelo) afectó a un 75% promedio de las encuestadas en las cuatro regiones.

En la subclasificación Violencia Física Grave (golpes de puños o con objeto), las afectadas de las regiones IX y II respondieron afirmativamente en un 53,8% en cada caso, en un 50,4% las de la IV y 46,5% en la Metropolitana.

Ante la pregunta “¿la ha pateado, arrastrado o dado una golpiza?”, un 32,2% de las consultadas de la IX Región respondió que sí, un 29,8% en las regiones IV y II, respectivamente, y en un 25,3% las de la Región Metropolitana.

En la consulta “¿ha intentado estrangularla?”, un 15,4% respondió afirmativamente en la IV Región, un 15,2% en la IX, un 14,8% en la II y un 7,7% en la Metropolitana.

La IX región mostró que un 7% de las afectadas admitió haber sufrido intento de quema o quemada, un 3,6% en la Metropolitana, un 3,3% en la IV y 2,1% en la II.

Las requeridas de la Región Metropolitana señalaron en un 22,7% haber sido amenazada o agredida con un arma, un 21,1% en la IX, 19,7% en la II y 12,1% en la IV.

Las manifestaciones de Violencia y Frecuencia de Violencia Sexual, arrojaron que entre siete a ocho casos de cada 10 fue en algún momento forzada a tener relaciones.

Igualmente, en un 48,9% de la Región Metropolitana y un 33,3% en la III declararon haber sido forzadas a un acto sexual humillante o degradante.

Fuente Observatorio de la Violencia

Cataluña presenta una nueva legislación que favorece la custodia compartida

Según el Departamento de Justicia de la Generalitat de Cataluña, la fiscalía o uno de los progenitores no han de condicionar la decisión del juez respecto a los hijos, y que corresponde a los poderes públicos "superar el esquema clásico de que, en caso de separación o divorcio los niños son para la madre". En su opinión, se trata de favorecer el desarrollo de la mujer tras la ruptura matrimonial "y la mejor manera de hacerlo es implicando más al hombre en la custodia de los hijos, en lugar de que se desentienda". El legislador ha de ser amable y facilitar salidas

la decisión judicial para decidir sobre la custodia de los hijos ha de ser el último recurso al que acudir y que la voluntad de la Generalitat es fomentar la mediación familiar en caso de ruptura.

En 2001, el Parlamento catalán aprobó la Ley de Mediación familiar, que fue pionera en España. Esa ley recogía la creación del Centro de Mediación Familiar de Cataluña, dependiente del Departamento de Justicia y que interviene cuando así lo solicite el juez o la pareja que se quiere separar y que solicita un abogado de oficio. "Siempre es mejor que los interesados se pongan de acuerdo entre ellos a que decida un tercero que es el juez. Los pactos con mediador alcanzados en procesos de separación son muy sólidos porque los conflictos familiares en ocasiones tienen una larga duración".