viernes, octubre 14, 2005

Ataques 'phising' contra BBVA, Bancaja y Vodafone

Los clientes de BBVA, Bancaja y Vodafone sufren desde ayer diversos ataques 'phishing' que incluso suplantan las páginas 'web' corporativas de dichas compañías. En los últimos dos meses, se ha denunciado un ataque de 'phishing' diario, según la Asociación de Internautas.

El BBVA ha recibido seis ataques masivos en menos de 24 horas acompañados de páginas 'web' que simulan la de la compañía. En los correos electrónicos enviados a los usuarios se les invita a reactivar su cuenta introduciendo de nuevo sus datos. Si lo hacen, los datos quedan en manos de los estafadores, que los pueden utilizar para diversas operaciones.

En el caso de Bancaja, la forma de operar es la misma. Sin embargo, el 'phising' a los clientes de Vodafone consiste en una invitación a recargar el teléfono móvil en una página 'web' falsa que ofrece un 50% de descuento. La página pide los batos bancarios del usuario, que luego son explotados por los estafadores en su propio beneficio.

Fuente El Navegante

Como medida de precaución, los bancos recomiendan no facilitar nunca los datos personales requeridos a través de mensajes de este tipo, ya que ellos nunca los piden mediante correo electrónico o mensajes SMS.

Muere en Barakaldo la víctima número 50 de la violencia de género

Agentes de la Ertzaintza detuvieron ayer en Barakaldo a un hombre como presunto autor de la muerte de su compañera sentimental. Ésta eleva a 50 el número de mujeres que han perdido la vida a manos de sus parejas o ex parejas en lo que va de año.

La Ertzaintza tuvo conocimiento sobre las 15.00 horas del miércoles de que una mujer de 38 años había fallecido en su domicilio de la calle San Bartolomé de Barakaldo.

Las pruebas médicas determinaron que podría tratarse de una muerte violenta, por lo que la Ertzaintza arrestó al compañero sentimental de la fallecida como presunto autor de su muerte.

La Ertzaintza no ha facilitado ningún dato sobre la identidad de la fallecida ni de su presento agresor.

Según los datos del Instituto de la Mujer, esta mujer eleva el 50 el número de fallecidas a manos de sus compañeros sentimentales en lo que va de año. El 30% de las muertes se han registrado en el seno de parejas en crisis o ya rotas.

Hasta la fecha, la Comunidad Valenciana encabeza el número de mujeres víctimas de la violencia de género, con ocho muertes; seguida de Andalucía, con siete; Cataluña y Canarias, con cinco cada una; Madrid, Castilla y León y Baleares, con cuatro; Aragón y Navarra, con tres; Murcia, el País Vasco y Castilla-La Mancha, con dos; y Asturias, con una muerte.

Fuente El Mundo

El CGPJ rechaza por 11 votos a 7 que se amplíe la inviolabilidad de los magistrados del TC.

El Pleno del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) rechazó ayer por 11 votos a 7 la ampliación de la inviolabilidad de los magistrados del Tribunal Constitucional prevista en la reforma de la ley orgánica que regula esta institución. El informe que ayer salió adelante considera que el régimen actual es suficiente para garantizar la independencia de los miembros del TC y que su ampliación -no podrán ser «perseguidos en ninguna forma ni ante ninguna jurisdicción por las opiniones expresadas y votos emitidos en el ejercicio de sus funciones», reza el nuevo articulado- vulnera el derecho fundamental a la igualdad.

Archivo de la denuncia de AFYVE contra CD World

El Juzgado de Instrucción número 2 de Barcelona ha sobreseído y archivado la denuncia de la Asociación Fonográfica y Videográfica Española (AFyVE) contra el grupo CD World. El 30 de junio de 2003, la policía se incautó de ordenadores y de medio millón de CD y DVD vírgenes, en el marco de una operación “antipiratería” considerando que la empresa era la mayor distribuidora mundial de reduplicadoras y tanto de software como de hardware para vencer las medidas de seguridad de los DVD y convertirlos en CD para su distribución y venta. Dos años después, la juez señala sobre el software Moviejack, que, si bien con este software es posible transformar ficheros de DVD y Videos a ficheros capaces de ser procesados para visionar su contenido, sin embargo, con este software no es posible la realización de copias de programas y de música. Acerca de la capacidad de las duplicadoras intervenidas, que no se detectaron dispositivos con capacidad pata hacer copias de original protegidos, y por lo que se refiere al ordenador desmontado para averiguar su aptitud de anulación del mecanismo anticopia, que tal dispositivo no funcionaba y el conjunto de piezas no puede realizar ninguna función. Finalmente, sobre los soportes ópticos, se concluye que habían sido adquiridos a empresas que habían pagado sus licencias.

La defensa de CD World

Por motivos que quedarán esclarecidos, Grupo CDW sufre un ataque de gran repercusión mediática. Se acusa a Grupo CDW de importar consumibles ópticos no licenciados y de vinculaciones con la piratería.
Grupo CDW se defiende y aporta las pruebas que desacreditan el contenido de las acusaciones. Se devuelve el material incautado a Grupo CDW.

Mas sobre esta cuestión

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El juez Del Olmo ultima el sumario del 11-M y prevé procesar sólo a un tercio de los imputados

El juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo, que investiga los atentados del 11-M, ha anunciado que dictará el procesamiento de tan sólo 40 de los 113 imputados que hay en la actualidad en la causa, esto es, poco más de un tercio. Se prevé que el juez entregue la última pieza del sumario en los próximos días para que se decida la fecha del juicio, para lo que no se requiere petición previa del Ministerio Fiscal. Quedan aún pendientes las comisiones rogatorias remitidas a Francia, Bélgica y Marruecos.

De los 113 imputados que hay ahora por el 11-M, sólo 26 se encuentran en prisión incondicional y, de confirmarse que el número de acusados ronda los 40, supondría que sólo algo más de un tercio de los imputados pasará a ser enjuiciado. Una vez el juez dicte el auto de procesamiento, que en este caso no necesitará de una petición previa al respecto del Ministerio Fiscal, se abre el procedimiento que terminará en un juicio que está previsto que empiece hacia el último trimestre de 2006.

Algunos de los imputados que no resulten procesados podrán enfrentarse a otras causas en juzgados ordinarios por delitos de tráfico de drogas o falsedad documental. Otros seguirán sujetos a procesos por terrorismo islamista, como el relativo a la "operación Nova", que instruye el Juzgado Central número 5. No obstante, muchos de ellos podrán ser citados a declarar en el juicio del 11-M en calidad de testigos.

La pieza principal del sumario que está previsto que finalice el juez Del Olmo en los próximos días estará compuesta por más de 70.000 folios. Además, hay un total de 28 piezas separadas formadas por las escuchas telefónicas efectuadas, los vídeos incautados, los documentos desclasificados por el Gobierno y diversa documentación enviada por particulares, entre otros asuntos.

En cuanto a las comisiones rogatorias solicitadas a otros países por el juez Del Olmo, sólo quedan por cumplimentarse las enviadas a Francia, Bélgica y Marruecos. Las fuentes jurídicas consultadas indicaron que la investigación de los atentados del 11-M está prácticamente finalizada, como lo pone de manifiesto el hecho de que la fiscal del caso, Olga Sánchez, no va a pedir ninguna diligencia de investigación más al juez.

Únicamente quedan por practicar diligencias pendientes, como la toma de declaración a varios testigos, como los policías que informarán al juez sobre temas relacionados con el coche Skoda Fabia, que fue localizado el 13 de junio de 2004 en la calle Infantado de Alcalá de Henares, muy cerca de donde se encontró la Furgoneta Kangoo abandonada por los terroristas antes de perpetrar los atentados.

En este coche se encontraron pertenencias de los terroristas, así como una maleta y unas cartucheras. El vehículo fue robado un año antes y era propiedad de la empresa de alquiler Hertz.

Vía Libertad Digital

Primera condena contra una Administración por 'permisividad' en un caso de acoso escolar

Leido en El Mundo

El juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 2 de Albacete ha condenado a la Consejería de Educación de Castilla-La Mancha a pagar una indemnización a una niña de diez años que sufrió "malos tratos de carácter psicológico y verbales" por un grupo de alumnos, al considerar que la actitud de los responsables del centro escolar donde estudiaba la menor ha sido "omisiva y en ocasiones permisiva".

Esta sentencia, la primera en España que condena a una Administración pública por un caso de acoso escolar, es firme y no admite recurso y reconoce que existieron "malos tratos de carácter psicológico y verbal" por parte de diversos alumnos, en especial de una niña.

Concluye también que la actitud "de carácter omisivo y en ocasiones permisivo" de los responsables del centro produjo "los daños morales que sufrió tanto la menor como en menor medida sus padres".

Por ello, la Junta deberá pagar a la niña una indemnización de 2.000 euros en concepto del daño moral sufrido, además del coste del tratamiento psicológico que está siguiendo.

jueves, octubre 13, 2005

Aves de rapiña




Leo en The Raw Feed la triste historia de una mujer que muestra a la cámara de un periodista gráfico su tarjeta de débito entregada por la administración a las víctmas del huracán Katrina.

La foto se publica en Yahho News y en pocos minutos da la vuelta al mundo.

En poco tiempo más, la pobre mujer puede comprobar que los 2.000 $ del saldo de la tarjeta han desaparecido.

¿Tan poco le costaba al fotógrafo retocar la foto como yo lo he hecho? Me ha llevado menos de un mituto.

Informática para letrados

Uno que hace ya muchos años que se subió al carro de las nuevas tecnologías viene observando con cierto asombro cómo el uso de la informática y de las red de redes –léase internet- resulta un terreno, bien inexplorado o bien mal explorado para muchos compañeros, incluso jóvenes compañeros.

Cuando el coordinador de este boletín me recuerda la cita ya casi obligada de escribir unas líneas para la Agrupación, el tema de interés que me surge y que puede servir para utilidad de mis compañeros es el uso eficaz de las nuevas tecnologías aplicadas al despacho profesional del abogado, y que van mucho más allá del uso de el procesador de textos más una base de datos de jurisprudencia y legislación.

Mi intención era hacer una breve semblanza de aquellas herramientas más útiles que la red puede ofrecer al letrado en el ejercicio de su profesión.

Pero he cambiado de opinión. Ciertos acontecimientos ocurridos en los últimos días me han obligado a modificar mi objetivo inicial y convertir un repaso superficial sobre internet y los abogados en un monotema sobre algo que me resulta de gran utilidad en el desarrollo diario de mi profesión y espero que pueda servirte también a ti.

Voy a presentaros, a aquellos que no la conozcan, otra agrupación.

Se llama Asociación de Abogados en Internet, y su dirección web es http://www.abog.net. Se trata de un proyecto virtual de hace ya unos años en el que fui invitado a participar, invitación que, bien por pereza o por falta de interés en ese momento, decline.

La dirige un buen amigo, letrado, al que jamás he visto en persona, pero con el que he cambiado impresiones, confidencias y consejos en muchas ocasiones y de quien puedo decir considero mi amigo (internet es así). Conozco su nombre, pero para hablar de él siempre me refiero a su nick o apodo en internet. Se llama Electrón.

Electrón, junto a un equipo de abogados de toda España, desarrolló ese proyecto, que como todas las cosas tuvo unos principios modestos pero que hoy es la estrella de los portales para abogados en internet.

Lo más atractivo de los servicios que ofrece es su precio. Una cuota de cero euros siempre resulta atractiva, pero si lo que te ofrecen vale su peso en oro, aún resulta más estimulante.

No me entiendas mal, compañero. No te estoy hablando de un portal de internet comercial, como esos que te ofertan un día si y otro también. Te hablo de un proyecto concebido y creado por abogados para abogados sin ningún ánimo ni interés de lucro.

El portal ofrece una extensa gama de servicios al abogado en ejercicio: Revista de prensa, enlaces, el Agora, documentos, jurisprudencia, legislación, abogados y colegios, banco de datos, secciones lúdico-profesionales (sonrisas y lágrimas), información útil, informática para letrados, herramientas informáticas... etc.

Pero la sección que destaca de una manera espectacular es la llamada Ágora. Se trata de un foro de discusión, intercambio de ideas, opiniones y ayuda entre abogados en ejercicio. Las opiniones y las ideas que se han vertido en dicho foro han superado en contenido ya el millón de páginas web, y tiene más de mil ochocientos abogados usuarios.

¿Qué estas atascado en un procedimiento administrativo frente a la administración? Un grupo de compañeros de diversos puntos de España te dan ideas, su experiencia en casos similares y hasta te facilitan el formulario de la demanda adecuada.

¿Qué alguien no sabe como defender a un extranjero de un expediente de expulsión? Tú, con tu dilatada experiencia en extranjería, aconsejas al compañero o compañera y además le remites a la estupenda sección de extranjería de nuestro colegio.

Así funciona esto. Das y recibes, recibes y das.

No me resisto a transcribir parte del mensaje reciente de uno de los participante en el foro, cuyo nick es Oscar.
“Renunciaría a la base de datos antes que al AGORA. Algunas veces he intentado entrar para hacer alguna consulta urgente o importante para mí y no he podido por estar en mantenimiento y me he puesto de los nervios. He tenido que tirar de agenda y llamar a algunos compañeros para consultar, y ni comparar con el AGORA (sin menospreciar en absoluto a esos maravillosos compañeros, pero es que el AGORA es otra cosa).
¿No os dais cuenta que sin esta página vuestro despacho -perdón, el mío- se quedaría con un sólo Abogado: Tú -perdón, yo-? y que con el AGORA tu despacho -perdón, el mío- dispone de cientos de Abogados dispuestos a estudiar un caso contigo -perdón, conmigo-.
Yo, sinceramente creo que el valor del AGORA es incalculable, pero muchos no se darán -perdón, me daré- cuenta hasta que dejen de tener acceso a él (aunque sea temporalmente, porque me encanta que sea abierto).
Hemos creado con nuestra participación algo hermoso, valioso, revolucionario en el ejercicio del derecho, en la solidaridad y compañerismo de la profesión; una herramienta de trabajo y relación totalmente insustituible y novedosa; una nueva forma de entender y practicar el estudio de los casos, el enfoque de los mismos, el acercamiento del conocimiento de los otros; una forma de socializar la sabiduría, saber hacer y la experiencia de todos; y una forma de facilitar la introducción en la profesión y en el ejercicio a los nuevos Abogados. He aprendido más en este AGORA que en cinco años de facultad y varios de ejercicio.
Conozco a un compañero, ya mayor, que siempre me está hablando de su maestro, ya fallecido, y de cuánto le enseñó. Cuando empecé a ejercer no tuve la suerte de tener ningún maestro, pero ahora tengo muchos... ABCD, Albert, Luncar, el Webjefe, Emilio, Homer, Ojizarca, Ibe, Fas, Zahara, Freudd, Yolanda, Olvido, Rubrum, Carrusel, DASA, Juanan, Abogabiado, Baraka, Jpmarbella, Mgm, Olvido, Guayedra, Nuriacarpi, Nuska, Columbus, Selic, Monipeni, ssbt, cristina, sanmateos, adiskkide, fualva, Kelsen, anna, sonata, verdad, brigtte, Annamaria, Laura, Oviers, nestor, melmath, jesvel, mirza, pecunia, daphne, ... y tantos y tantos otros a los que pido perdón por no poder mencionar, pero que con su toga me cubren.”
Llevo utilizando internet para mi trabajo desde que existe en España, allá por el año 1.994, cuando todo estaba en inglés, y el contenido jurídico en castellano podía contarse con los dedos de una mano. Te puedo asegurar que el Agora es, con diferencia, lo mejor que he visto.

Pero ha ocurrido algo en estos últimos tiempos, como comentaba al principio. El Agora esta enfermo, y todos lo que en él participamos, cada uno con nuestros medios, nos hemos conjurado para salvarlo. No quiero decirte más sin que lo hayas visitado. Te espero allí, en el Agora de la Asociación de Abogados en Internet, http://www.abog.net

Mamá, de mayor quiero ser abogada

Uno que, a estas alturas, esta ya ciertamente de vuelta sobre eso del miedo escénico que aún asola a ciertos compañeros cuando de vistas orales se trata, recuperó hace algunos días ese cosquilleo desagradable en la boca del estómago.

La razón no era otra que la invitación que, por conducto de mi hija María, de cuatro años de edad, me hacía su profesora para que acudiera a dar una pequeña charla a su clase para explicar en que consiste eso de ser abogado.

Y es que al parecer se encontraban maestros y profesores estudiando las profesiones y parecía pedagógicamente recomendable el que un grupo de padres y madres explicaran en que consiste su profesión.

Superado un primer impulso de declinar amablemente la invitación, el par de pequeños ojos que vigilaba atentamente el sentido de mi respuesta hizo que aceptara, lo que fue recompensado con un palmoteo de alegría y una sonrisa.

Planteado el problema, era tiempo de buscar soluciones. Era necesario planificar la charla al milímetro, para interesar al pequeño auditorio y al mismo tiempo dejar patente la importancia que, al menos para mis, tiene nuestra profesión.

Obviamente, el auditorio requería de atenciones especiales que debían ser estudiadas.

La utilidad de la profesión, el derecho a la defensa, el papel de la abogacía en la protección a los más desfavorecidos, el turno de oficio, la asistencia a las víctimas de violencia doméstica, los estudios doctrinales; pueden ser explicadas de una manera más o menos profunda a un auditorio adulto o adolescente, pero ¿cómo explicar el hacer diario de la profesión a niños y niñas de cuatro y cinco años?

Era evidente que necesitaba de material de apoyo con el que no contaba.

Sumido en estas reflexiones, me dirigí al Servicio de Publicaciones de mi Colegio de Abogados en Zaragoza, dónde demandé material de apoyo para estos menesteres, con la seguridad de que ya mas de un compañero o compañera se habrían visto en la tesitura en la que yo me encontraba.

Lejos de ser así, desde el Servicio de Publicaciones, y he de decir en su honor que no sin cierto sonrojo, me comunican que jamás se les había planteado semejante necesidad.

A pesar de ello, los competentes miembros del servicio contactan por teléfono con varios números para constatar finalmente la inexistencia del tipo de material que demandadaba y, ante la falta de resultados, se ofrecen para buscarme por Internet material que pudiera paliar mi necesidad.

Realmente agradecido decline el ofrecimiento, por entenderme lo suficientemente competente para ello, con la seguridad, de nuevo errónea, de que abundaría el material de apoyo en la red para mi objetivo.

Efectivamente, tras varias horas de rastreo por Internet, empecé a pensar que para esto de las charlas infantiles sobre profesiones lo mejor es ser bombero, médico o policía.

La evidencia es que no pude encontrar referencia alguna a como ayudarme a explicar mi profesión a niños de tierna edad, a diferencia de la cantidad abrumadora de las profesiones antes citadas

Se me ocurrió recurrir al Consejo General de la Abogacía Española, y, he de decir no sin cierta vergüenza que, para mi sorpresa, en pocas horas contestaba a mi correo electrónico Jesús Díaz Lanza, a la sazón Jefe de Prensa del Consejo General de la Abogacía Española, poniéndose a mi disposición y ofreciéndome todos los medios que tenía a su alcance para ayudarme en la que empezaba a ser una ardua misión.

Pero como sabiamente dice el refranero para casos come este, más vale que sobre que no que falte.

Decidí continuar con mi búsqueda de material de apoyo por la red de redes. Ante el fracaso del día anterior, opté por dirigirme a la lista de correo de Rediris Derecho-es pidiendo ayuda.

En un periquete, varios compañeros de diversas provincias me contestan y me señalan determinado material de uso público del Consejo General del Poder Judicial.

Un par de «clicks» de ratón después ya me encuentro «bajándome» un DVD para explicar a escolares que es eso de la justicia, consistente en un video en el que, relacionando las señales de tráfico o las reglas del deporte, se termina en una sala de vistas, donde se explica el papel de cada interviniente, entrevistando a un magistrado, un representante del Ministerio Fiscal y un abogado, debidamente togados. Señalar que, de manera ciertamente injusta a mi entender, en dicho video no se hace ni una sola referencia al papel del Secretario Judicial.

En la misma web del Consejo General del Poder Judicial, a instancias de otro compañero, encuentro un par de «pdfs» consistentes en guías para el conferenciante y en folletos para los alumnos, que gustosamente descargué e imprimí en la provisión adecuada a mis fines.

Ese día, cuando llegué a casa para comer, al ver a mi hija María, me froté mentalmente las manos pensando que todo el trabajo valdría la pena cuando ella y sus compañeros vieran el material que estaba preparando.

Mi gozo en un pozo.

Fieles a la costumbre de explicar durante la comida lo que cada uno había hecho durante la mañana, mi hija María me cuenta entusiasmada que «hoy ha venido a explicar su trabajo un bombero»

Tras escuchar el relato, pude comprobar que el maldito «apagafuegos» había llevado a la clase de los niños su casco de cristal de espejo reluciente, su chaquetón ignífugo, un extintor, y un puñado de cuentos impresos a varios colores donde se explicaba lo que hacen los bomberos.

Examiné rojo de ira uno de dichos ejemplares que me era mostrado en esos momentos por mi hija. No había duda de que la competencia iba a ser dura y que acababan de poner el listón muy alto, pero quedaba todavía tiempo.

Por la tarde, de nuevo al teclado, navegué y navegué sin encontrar nada en español, hasta que decidí ponerme manos a la obra y adaptar una publicación del Departamento de Justicia de los EEUU para explicar su sistema judicial, traduciéndolo al castellano y adaptándolo a nuestro derecho.

El resultado, era bastante digno y la cosa estaba tomando un cariz algo más favorable. Astutamente suplí la ausencia de color en mi material adaptando cuadernos para colorear.

También encontré una ficha del diario El Mundo sobre profesiones que explicaba bastante bien y de manera esquemática que es, que hace y como se forma un abogado; y que obviamente paso a engrosar mi lista de material.

Pero una cosa me tenía preocupado. Era la chispa que pude ver en los ojos de María cuando me contaba como se habían probado el chaquetón de bombero y el casco.

Tuve que darme una palmotada en la frente. ¿Cómo podía haber estado tan ciego? Una toga pocas veces puede ser usada fuera de una sala de vistas con más dignidad que para explicar a unos niños el concepto de derecho a la defensa, a un juicio justo, a la igualdad ante la ley, etc.

Era obvio que tenía que incluir en mi equipaje una toga junto al material grafico y audiovisual que ya había conseguido.

Pero cuando ya no creía en ellos, los Reyes Magos llegaron en abril de parte del Departamento de Prensa del Consejo General de la Abogacía Española. En mi buzón había un misterioso y abultado sobre a mi nombre que, al ser abierto, desató una pequeña lluvia de miniaturas de la Declaración Universal de los Derechos Humanos para niños con el aparente destino de ser repartidas entre mi pequeño auditorio.

Con los refuerzos de Madrid, el Cuerpo de Bomberos acababa de ser derrotado.

Llegada la tarde de la charla, reconocí el cosquilleo olvidado del que al principio hablaba, y me dirigí a la clase de María con todos mis bártulos, entre los que incluí mi toga.

El desarrollo de la conferencia fue maravilloso.

Resulto personalmente emotivo ver esa veintena de caras pendientes de cada una de mis palabras.

Contemplarlas asentir cuando relacionaba las normas de tráfico o las del fútbol con las normas jurídicas; y los castigos de la profesora con las sanciones penales.

Disfrutar con su asombro cuando les enseñe un viejo y voluminoso ejemplar del diccionario Aranzadi de Legislación y compararlo con un liviano ejemplar de la Constitución Española.

El reírse conmigo cuando les descubrí que, de los dos libros, era mucho más importante el pequeño que el grande y no al contrario como me gritaban a mis preguntas.

La seriedad con que se tomaron su papel en la pequeña vista oral que organizamos con varios abogados, Ministerio Fiscal, Juez, Secretario Judicial, Acusado y denunciante.

Como afirmaron enérgicamente cuando les dije que, a pesar de ser físicamente distintos, todos somos iguales ante la ley.

Pero le tenía reservada una sorpresa de última hora al bombero.

Dado que en mi toga, preparada para envolver a un metro noventa de abogado, era difícil de poner a los diminutos cuerpos de mi auditorio, con ayuda de mi esposa, unas tijeras y unas bolsas de plástico negras, confeccioné unas mini-togas que impuse a los participantes en la vista oral.

Tras aplausos que me parecieron sinceros, pues a esa edad siempre lo son, me despedí de profesora y alumnos con la sensación de haber dejado el pabellón bien alto.

Antes de irme hice las paces con el bombero, pues advertí seriamente a mi auditorio que todas las profesiones son importantes y necesarias, siendo el trabajo lo que dignifica, y no el trabajo que hagas.

La mejor recompensa la tuve por la noche, cuando llegue a casa y mi mujer me contó que una de las compañeras de mi hija a la que había puesto la toga de plástico se negó a quitársela en toda la tarde, y cuando salió al encuentro de su madre, que como cada día venía a buscarla le dijo: «mamá, de mayor quiero ser abogada»

SE ARCHIVA LA CAUSA CONTRA LOS RESPONSABLES DEL INSTITUTO EN EL QUE ESTUDIABA JOKIN

El juzgado de instrucción número 4 de Irún ha archivado la causa contra los responsables del instituto de Hondarribia (Guipúzcoa) en el que estudiaba Jokin, el adolescente que se suicidó por el acoso al que le sometían algunos compañeros. El auto del juzgado considera que no existen pruebas que acrediten que los responsables del instituto conocieran que Jokin era víctima de malos tratos y vejaciones por parte de algunos compañeros.

Los familiares de Jokin presentaron una denuncia contra el director del instituto, la jefa de estudios del menor, su tutora y una profesora, al considerar que hubo dejadez en su responsabilidad de custodia del joven. También exigían la responsabilidad civil al centro educativo así como a la consejería vasca de Educación.

Este procedimiento es paralelo al que se siguió contra los jóvenes condenados por la Audiencia de Guipúzcoa por el acoso al que sometieron a Jokin, cuya pena de dos años de internamiento fue suspendida recientemente por el Juzgado de Menores de San Sebastián, decisión que también ha sido recurrida por la familia del joven fallecido.

Condena a Iberdrola por radiaciones electromagnéticas

El Tribunal Supremo confirmó ayer una sentencia de 2001 de la Audiencia Provincial que condenaba a Iberdrola por afectar a una vivienda murciana con ondas electromagnéticas. El Supremo no ha admitido los recursos interpuestos por la compañía, que apuntaban a que no había pruebas de que los campos electromagnéticos afectaran a la salud.

La organización Ecologistas en Acción en Murcia califica la sentencia de "histórica y cree que demuestra que hay ondas electromagnéticas procedentes de la instalación del interior de una casa. Además, otros grupos que luchan contra la contaminación de este tipo exigen medidas más restrictivas para evitar cualquier afección por la existencia de transformadores, subestaciones y líneas eléctricas.

Iberdrola insiste en que no hay pruebas de que las ondas afecten a la salud y que la sentencia del Supremo no entra en el fondo del asunto. La compañía eléctrica se plantea llevar el caso hasta el Tribunal Constitucional.

Basado en un hecho real (III)



La primera vez que oí la voz de Laura no la olvidaré nunca. Tuve la misma sensación de sorpresa que cuando entrevistan a alguien que dobla a un actor famoso. No cuadra la voz con la cara, o la cara con la voz.

Al escuchar la voz de Laura, instintivamente miré tras ella para ver si realmente era quien hablaba o no. Tiene una voz y un acento muy oído en los chistes de gitanos, del tipo “Ayyyyyy paaaaaaaaallo” o algo así. Muy cómico sino fuera por la situación.

Meses más tarde, un fiscal muy cachondo, al conocer a fondo la historia de Laura y Andrei les apodaría -con una gracia que entonces no encontré- como “la Jessy” y “el Rubén”, personajes de un programa de televisión llamado “hommo zaping”.

Lo cierto es que ese –vamos a llamarlo acento- me descolocó y al repasar mis conversaciones con Ana como con Salvador, así se llamaba el padre de Laura, no encontré en ellas indicio de acento o forma de hablar similar. A día de hoy ignoro los motivos del deje calé de Laura.

Pasada mi sorpresa inicial, a preguntas de la juez de guardia, Laura, con cierto esfuerzo debido a lo desconocido de la situación, fue desgranando poco a poco los hechos, empezando a contar la relación con Andrei desde el inicio.

El cuadro clínico que describía es lo que yo profesionalmente denomino “cabronazo-que-se-cree-que-su-novia/mujer/rollo-es-de-su-propiedad” y con esa concepción cosificada de la novia/mujer/rollo se cree con el derecho natural, consuetudinario o divino, según el origen cultural o religioso del cabronazo, de sacudirle la badana con una intensidad y frecuencia variables según el caso.

Es obvio que este tratamiento físico esta reservado a la novia/mujer/rollo y no al resto de seres vivos, incluidos animales; aunque no descartan ampliar el tratamiento a los hijos de la novia/mujer/rollo si se interponen en el tratamiento físico-educativo, o aquellos entrometidos –léase trabajadores sociales, agentes de policía, abogados y otros metomentodo- que le afeen la conducta o incluso aconsejen al objeto de su propiedad denunciarle.

Tras extraer entre la juez y la fiscal los hechos del interior de Laura, como quien extrae una cuerda muy fina desde su interior que no hay que romper, poco a poco y sin tirones bruscos, quedo poca chicha para aprovechar.

Mis preguntas, buscando no repetir las ya planteadas, incidieron en la parte más abrupta, aclarando detalles, o dándole a Laura la oportunidad de relatar cuestiones concretas que me había contado Ana y que juez y fiscal no habían preguntado, y sobre todo, edificando, con las respuestas ya sabidas, las paredes de la celda para Andrei, apuntalando los cimientos fundamentalmente en el hecho de las lesiones y las amenazas.

Ally MacBeal en su turno de preguntas, intentó sin éxito dar la vuelta a la tortilla basando sus preguntas en la sarta de mentiras que Andrei había soltado en ese mismo despacho hacía unos minutos.

Como no hay más cera que la que arde, terminadas las declaraciones, salieron Laura y Ana y la policía volvió a subir a Andrei para la vista del juicio rápido propiamente dicha.

Cuando entró de nuevo en el despacho, como ya era veterano y sabía el papel de cada uno, interpretó el suyo dedicándome una mirada de duro de peli serie b.

Conmigo vas dao chaval, pensé.

La comparecencia comenzó y la fiscal solicitó la celebración de juicio en el que Andrei tendría la condición de acusado de un delito de violencia doméstica, y nos leyó su escrito de acusación.

En ese momento nos entregó a Ally y a mí una copia de su escrito. En un aparte me encomendó la tarea de ocuparme de averiguar la exacta identidad de la amiga cagueta de Laura para citarla al juicio, ya que Ally ya le había comentado que no iba a conformarse y habría juicio ante el juzgado de lo penal, y Laura en su declaración manifestó no recordar exactamente apellidos y dirección de su amiga.

Tras la acusación de la fiscal, haciendo uso de mi derecho, solicité un aplazamiento de hasta cinco días para presentar mi escrito de acusación y la juez me lo otorgó.

Ally se mostró conforme con todo menos con la acusación de la fiscal y se le remitió a presentar su escrito de defensa cuando yo presentara el mío.

Cerrada el acta y firmada, la juez nos emplazó para el juicio ante el juzgado de lo penal en aproximadamente diez días.

En ese momento solicité lo que la juez me indicaba con una mirada en silencio que estaba esperando desde hacía rato: la orden de protección.

Tras exponer someramente y de forma jurídica lo cabrón que es el Andrei, las ostias que le ha dado a Laura y las que le va a dar sino le ponemos coto, solicité a su señoría que prohibiera a Andrei aproximarse físicamente a menos de trescientos metros a Laura, a su domicilio y a la academia donde estudia estilismo; así como prohibiera a Andrei comunicarse con ella por cualquier medio, inclusive el móvil.

La fiscal aplaudió con las orejas y dijo que bueno, que conforme y que no añadía nada.

Ally, no sabiendo muy bien como lidiar el tema mostró su conformidad con las medidas solicitadas.

Terminado el acto, nos levantamos muy formales y todos nos dimos la mano y nos saludamos. Bueno todos menos yo, que no salude a la juez y a la fiscal por que ya las había saludado y despedido tres veces a lo largo de la mañana, y sabe Dios, tal y como pintaban las cosas, si no nos volviéramos a ver en un rato.

Cuando salimos, nos dispusimos a esperar la redacción final del papeleo, del auto de protección fundamentalmente, y aproveche la ocasión para susurrar a Ally con una sonrisa:

- Dile a tu cliente que como se vuelva a acercar a Laura me voy a encargar personalmente de que lo empapelen.

La verdad es me pasé con el tono y Ally se asustó un poco. Pero de algo tienen que servir un metro noventa de abogado y ciento diez kilos de peso.

Ally, retrocediendo un poco, me contestó con voz un poco chillona.

- Y tú dile a la tuya que tampoco le llame ni se acerque a él.

Y muy digna se dio la vuelta y se marchó al otro extremo de la sala.

Algunos dicen que soy un cerdo no corporativo y que esos modos de Eastwood en Harry el sucio con los compañeros me van a perder un día, pero ellos no saben lo que disfruto.

Para entretener la espera me acordé de que el macho men de Andrei había negado ante la juez ser el titular de determinado número de móvil desde el que se habían mandado amenazas, y que Ana me había asegurado de que ese móvil era suyo

Localicé la copia de la declaración de Andrei y tras encontrar el número, lo marqué en mi móvil y esperé.

Había dos opciones: si daba apagado y fuera de servicio, casaba con que fuera de Andrei, por que la policía retira a los presos los móviles y los apaga.

Sin embargo, si alguien contesta, chungo. Señal de que Andrei no tenía ese móvil en su poder cuando lo detuvieron.

Pronto la duda que me embargaba se desvaneció:

“el número al que llama esta apagado o fuera de cobertura en este momento”

Colgué pensando que cuando pusieran en libertad a Andrei lo volvería a intentar.

En ese momento me llamó la funcionaria encargada del asunto y me entregó el auto de protección.

La juez había adoptado todas las medidas que yo había solicitado, y de propina obligaba a Andrei a presentarse en el juzgado los días uno y quince de cada mes.

Con el papel en la mano, me acerqué a Laura, Ana y Salvador y les comenté lo sucedido y haciéndoles entrega de una copia del documento.

Pensando en las palabras de Ally, miré muy serio a Laura, y poniendo cara de duro de película le dije.

- Ahora pondrán en libertad a Andrei. No quiero que vuelvas a tener nada con ese cobarde, ni llamadas, ni citas, ni ostias.

Ana al escucharme, parpadeo tras sus lentes. No se esperaba semejante rudeza en el lenguaje, pero asintió conforme.

Como el que calla otorga, continué en tono algo más paternal

- Si se acerca a ti o te llama, avisa inmediatamente a la policía. Lo detendrán y lo encerrarán tirando la llave.

Continué explicándoles como se desarrollaría el juicio y la fecha del mismo, y quedamos en llamarnos para que me dieran los datos de la amiga traidora.

También les recordé que Laura no vería a Andrei en el juicio por que declararía tras un biombo, y me dispuse a contestar las dudas y preguntas que tuvieran.

Tras aclarar detalles, nos despedimos en la puerta del juzgado.

Viéndoles marchar en dirección a la próxima parada de autobús, miré el reloj.

La hora de comer hacía rato que había pasado, pero en el bar que hay en los bajos de mi despacho tendrían un pincho de tortilla y una caña para mi.

Tras un paseo hasta el despacho, cuando me disponía a entrar en la cafetería, de nuevo sonó el móvil.

Controlé el juramento que me venía a la boca al comprobar que esta vez no era el teléfono de la guardia el que sonaba, sino el mío particular.

Llamada oculta, que gracioso.

- ¿Dígame?, contesté

Alguien con acento extranjero respondió

- ¿Sí, oiga, quién es? He recibido una llamada desde ese teléfono.

He de reconocer que sentí un escalofrío antes de colgar sin hablar, al reconocer la voz de Andrei.

Basado en un hecho Real (II)




Todavía estaba asimilando el relato de Ana, cuando la funcionaria me llamo para darme la copia del atestado policial.

Tras disculparme ante mis clientes, me encerré en el despacho de los abogados de guardia a leerlo con tranquilidad.

Andrei aparentemente no tenía condenas anteriores, pero si había estado detenido en una ocasión hacía unos meses por un delito de allanamiento de morada.

El relato del atestado policial incluía la denuncia presentada por Ana en nombre de Laura y coincidía a grandes rasgos con la historia que me habían contado. Tras tomar algunas notas en mi bloc, salí del despacho y me dispuse a explicar a la familia como se iban a desarrollar los acontecimientos a partir de ese momento.

- Vamos a solicitar una orden de protección dentro del procedimiento de juicio rápido que se va a celebrar dentro de unos minutos. Con eso conseguiremos que el juez le ordene a Andrei que no se acerque ni se comunique con Laura. Al mismo tiempo le vamos a acusar por un delito de lesiones específicas por violencia doméstica por la agresión y por una falta de amenazas por los mensajitos del móvil. Si su defensa se conforma con esta acusación, hoy mismo será condenado con una rebaja de un cuarto de la pena que pidamos. Si no se conforma, iremos a juicio dentro de unos días y entonces le condenarán a la pena completa.

- ¿Laura va a tener que verlo? me pregunto Ana.

- No –contesté- la ley establece un procedimiento que supone que al menos hoy no se encontrarán. Si su defensa se la quiere jugar y va a juicio normal, en teoría si se verán, pero pediré entonces que declare tras un biombo para que ni ella ni él tengan contacto visual.

Tras rogar a Ana y su familia que aguardaran en la sala de espera, pase a la zona reservada del Juzgado de Guardia.

Allí pregunté por la abogada de Andrei y un funcionario me la señaló.

La letrada de Andrei era una compañera pequeñita, de mi edad, o sea, más cerca de los cuarenta que de los treinta. Era una letrada fashion de ojos azules tipo Ally MacBeal; que van al juzgado vestidas como si fueran de boda en vez de a currar defendiendo a lo más granado de los bajos fondos de la ciudad.

Vestía un pantalón negro muy ajustado, de tela cara, de esa que recuerda a la seda, y jersey color crudo algo pasado de moda, de esos de cuello alto y manga corta que hicieron furor en las pijas hace años. Me llamó la atención la pulsera que llevaba en la muñeca izquierda. Era muy ancha, negra, de algo parecido al terciopelo con adornos de pedrería negros. Ally era rubia teñida, con el pelo liso y media melena, muy cuidado, como recién salido de la peluquería. Cuando me acerqué a ella olí a perfume caro.

Como era habitual, Ally, mi compañera, ya se había entrevistado con Andrei en comisaría y tenía conocimiento de la acusación y de la denuncia.

Tras intercambiar una muda mirada de saludo, me aproxime a ella y le pregunté

- ¿Llevas idea de conformarte?

Me miró sin expresar ninguna emoción.

- No, en absoluto. Es tu clienta la que no deja en paz al mío y la culpable de la situación es sólo ella.

Conté mentalmente hasta diez, el tiempo suficiente para parar las palabras que me subían por la garganta. “Esta haciendo su trabajo, tu harías lo mimo en su lugar, tu harías lo mismo en su lugar” me repetí varias veces.

Con la mejor de mis sonrisas forzadas le dije:

- Bueno, pues iremos a juicio al penal, pero voy a pedir alejamiento y no comunicación en orden de protección.

- No me voy a oponer

Ni aunque te opusieras Ally -pensé- se la van a imponer igual.

En ese momento suben de calabozos a Andrei y lo pude ver por primera vez.

Escoltado por un policía y sin esposar, aparentaba los veintidós años que el atestado decía que tenía, y con una altura que apenas pasaba del metro sesenta y cinco rompía el estereotipo de los lituanos y demás naturales de la antigua república soviética o del este de Europa.

Tenía el pelo cortado casi al cero y sus ojos, de un azul claro, buscaban alguna cara conocida.

Al ver a su abogada, intentó decir algo, pero el policía, con suavidad pero con firmeza, lo tomó de un brazo y lo introdujo en el despacho de la juez de guardia.

- ¿Has hablado con la fiscal? Le pregunté a la MacBeal

- Yo no, ¿y tú?

- No me hace falta, ya he hablado bastantes veces con ella hoy y sé que apoyará mi petición.

Pasamos al despacho de la juez y tras los saludos de Ally a esta y a la fiscal, y un gesto mío con la cabeza a las dos funcionarias con las que ya me había reunido en varias ocasiones a lo largo de la mañana, comenzamos la comparecencia.

El interrogatorio a Andrei fue breve pero conciso.

Tras afirmar que hablaba y entendía el castellano, renunció al intérprete y escuchó como la juez le leía sus derechos.

Tras firmar la lectura de derechos la Juez le preguntó por el contenido de la denuncia y, en pocas palabras, Andrei negó todos los hechos, y contó una historia que nada tenía que ver con el relato de la denuncia de Ana y Laura.

La voz de Andrei era casi un susurro, y hablaba muy bien el castellano.

Lo hablaba demasiado bien.

Se extendía demasiado en las respuestas, y enlazaba con cuestiones que nada tenían que ver con lo preguntado, de manera que era necesario que la juez le cortara y le pidiera que se limitara a contestar a lo preguntado.

Todos los que estábamos en la sala nos dimos cuenta que mentía, y además mentía muy mal.

Cuando llegó el turno de preguntas de la fiscal, siguió en la misma línea. Contestaba de manera muy confusa y atropellada, contando historias increíbles y asegurando que tenía cientos de testigos que podrían acreditar que el no había agredido a Laura. Que eran novios, que ella le quería y que no sabía por que estaba allí.

Cuando la juez me dio la palabra le pregunté por el mordisco y por el parte de lesiones del Hospital que había atendido a Laura.

Sus respuestas se iban por los cerros de Úbeda. Pedí a la juez que le conminara a responder a las preguntas, y allí fue cuando cometió su primer error.

Declaró que el mordisco no se lo había dado ese día, sino otro.

“Bingo” pensé, te acabas de ganar unos mesecitos a la sombra por lesiones en ámbito doméstico.

Le pregunté por los mensajes de texto y sobre los números de teléfono desde los que habían sido mandados.

Reconoció un mensaje y negó los otros dos.

Le pregunté si los números de origen eran suyos y contestó que uno si pero el otro no.

Volví a preguntarle si el número que negaba, el seis seís cinco … era suyo y lo volvió a negar.

En su turno de preguntas Ally intentó quitar hierro al asunto, intentando dejar a Laura como una putilla calienta pelotas.

Por la cara de la fiscal y la juez me di cuenta de que estaba consiguiendo el efecto contrario al pretendido.

Terminado el interrogatorio y firmadas las actas, era el momento de que pasara Laura acompañada de Ana.

Mientras esperábamos, la juez le pregunto a Ally si se iba a conformar con la acusación.

Ally, levantándose un poco del asiento para darse impulso contestó que rotundamente no, que su cliente no era culpable, que lo negaba todo y que …

La juez le cortó.

- Con el “no” era suficiente.

En ese momento, se abrió la puerta y entraron Laura y Ana.

Tras tomar asiento, observé que, como era habitual, tanto el rostro de la juez como el de la fiscal se habían dulcificado un poco y examinaban con interés a Laura.

Tras las presentaciones y la lectura de los derechos que como víctima tenía, empezó la declaración de Laura.

Basado en un hecho Real (I)




Otra vez el móvil. La Ley de Murphy no falla. Acababa de terminar una asistencia a una víctima de violencia doméstica y cuando me había alejado veinte metros del Juzgado de guardia volvían a requerirme.

Conteste con una sonrisa forzada –el interlocutor lo nota, según leí en alguna parte—y procurando disimular el cansancio en mi voz.

- Llaman del Juzgado de guardia por que una víctima de violencia doméstica quiere solicitar una orden de protección y ha pedido abogado de oficio, me dice la telefonista.

- Pues que suerte –le contesto sonriendo esta vez sin fingir—por que estoy a unos metros, acabo de salir.

Tras despedirme, tomar los datos pertinentes, y colocar el móvil de la guardia en el bolsillo, junto al mío personal, retomo mis pasos en dirección al Juzgado de Guardia, de donde acababa de salir.

Tras acercarme al mostrador le pregunto a la funcionaria

- ¿Quién ha pedido un letrado del Servicio de Atención a las Víctimas de Violencia Doméstica?

La funcionaria levanta una ceja con gesto de sorpresa.

- ¿Pero tú no te acabas de marchar?

- Si --le susurro mientras suspiro—pero esta guardia esta calentita.

Tras informarme del funcionario, funcionaria en este caso, que me ha requerido, me acerco a mis clientes.

Y digo mis clientes por que la funcionaria me señala a tres personas que esperaban sentados en los asientos de la zona de espera.

Aparentaban ser un matrimonio de clase obrera, pues el llevaba ropa de trabajo, y ella iba vestida de forma sencilla y con ropa muy usada pero limpia. Me miraba tras unas gafas de cristales muy gruesos. Calculé que estarían los dos entre los treinta y cinco y la cuarentena.

Entre ellos se sentaba una chica con acné muy pronunciado, con el pelo teñido de rubio platino, casi blanco, y exageradamente maquillada para los dieciséis o diecisiete años que aparentaba.

Vestía unos pantalones acampanados años setenta color pistacho y calzaba un híbrido entre botas y zapatos deportivos de suela escandalosamente gruesa, del estilo al de las muñecas bratz que le gustan a mi hija María.

De cintura para arriba lucía una camiseta muy ajustada y escotada y de mangas que solo le llegaban hasta las muñecas, dejando entrever el poco pecho que tenía.

El modelito me pareció bastante desagradable a la vista, pero en fin, para gustos, los colores.

Tras las presentaciones, observé que, al contrario de lo que suele ser habitual, no parecían nerviosos y que la portavoz familiar era la madre.

La historia, por sabida, no dejaba de ser lamentable, pero en aquel momento no podía imaginar mi grado de implicación con esa familia y su problema.

Tras las presentaciones les rogue que me contaran el problema.

Tras tomar aire, la madre empezó la historia.

Laura, que así se llamaba la chica, había tenido novio hasta principios de verano. La relación era conocida y consentida por los padres de Laura, pero detecté que ese consentimiento era fruto de la impotencia y la pérdida de control sobre Laura.

Ana, la madre, me iba desgranando con relativa coherencia y cierta tranquilidad los hechos: que había visto muy rara a su hija en los últimos días, y tras mucho insistir, consiguió que le confesara que Andrei, su novio lituano, le calentaba con frecuencia y cada vez mas fuerte y por motivos más banales.

Vaya con el cabrón de Andrei, pensé, tendremos que hacer algo.

Tras la confesión, Ana convenció a Laura para que dejara a Andrei y buscara alguien que le expresase su cariño sin darle de ostias.

El hijoputa de Andrei parece que se lo tomo bastante mal, y, luego de que Laura le comunicara su decisión por teléfono, este había empezado a amenazarla por teléfono y a buscarla por todas partes.

Llegados a este punto, Ana le pidió a Laura su móvil y me enseño hasta tres mensajes de contenido amenazante en el teléfono de Laura.

Entre los XQ y TQRO habituales de los SMS, se dejaba entrever que Laura y Andrei habían mantenido constantes y habituales relaciones sexuales.

Busque la mirada de Ana, y tras los gruesos cristales de sus gafas, salvo cansancio y horas de insomnio, no pude adivinar nada más.

El caso es que el Andrei, al final dio con Laura.

Aconsejada por su madre de que no contestara a sus llamadas telefónicas, Andrei empezó a hacer uso de esa astucia de las llamadas ocultas para que Laura no supiera a ciencia cierta que el la llamaba.

Ante semejante derroche de ingenio, Andrei consiguió que la curiosidad de Laura pesara más que los consejos de Ana, y contestara a las llamadas, aunque no hablaba y dejaba que Andrei se explayara.

Cuando Andrei escuchaba a Laura decir ¿digamé? , se enfurecía cual cabestro del tres al cuarto y salpicaba el oído de la niña con todo tipo de lindezas.

En una de estas, Andrei, que según he podido saber después es bastante hijoputa pero no es tonto del todo, escucho y reconoció de fondo la voz de una amiga de Laura.

A casa de esta amiga Laura solía acudir alguna tardes a charlar o hacer lo que demonios hagan las chicas de dieciséis años cuando se juntan.

Andrei lo sabia, y reconocer la voz y saber donde estaba Laura fue todo uno.

A los diez minutos, el cabestro estaba aporreando la puerta de la casa de la amiga, exigiendo a gritos que saliera Laura.

Laura y la amiga, después de hacerse caquita encima, deciden que lo mejor va a ser que Laura salga y se lleve al energúmeno de allí, pues los papás de la amiga están por volver y no va a ser cosa de montar un escándalo, que los vecinos ya empiezan a mosquearse y las mirillas a parpadear.

Laura, con el ánimo de cristiano que salta a la arena del Coliseo, abre la puerta, sale, y la cierra tras de si.

En este punto, la versión es algo confusa, pero a los fines que a mi me interesaban, resulta que Andrei, tras tratar a su novia de puta para arriba, la da un par de leches, y a los cinco segundos, arrepentido, intenta besar a la niña, que lógicamente se niega.

El capullo de Andrei, ante lo injusto de la reacción de Laura, le mete un bocado en el cuello al más puro estilo Tyson.

Tras zafarse como puede del cariñoso abrazo de su ex, Laura consigue que su amiga le abra la puerta y la refugie.

La amiga, tras entender habilmente que el arrobo de las mejillas de Laura no era por darse el colorete y ver el moratón del cuello, sintió una imperiosa y urgente necesidad de visitar el baño --desde aquel día, y van siete meses, no caga duro-- y le dice a Laura que casi va a ser mejor que se marche no vaya a ser que el angelito vuelva y la tome con las dos.

Ante la valiente actitud de su ya examiga y con la seguridad de que su también exnovio la estaba esperando en la calle para tener algo más que palabras, Laura salió a la calle.

El instinto de Laura no había fallado. Tras caminar unos metros por la calle en dirección a su casa, se paró en seco al adivinar al otro lado de la calle, tras los primeros árboles que anunciaban el parque, una sombra sospechosa que se movía a la vez que ella.

Andrei, al verse descubierto, se dirigió en línea recta hacia Laura para terminar la faena, cruzando sin mirar la calle.

Un coche que pasaba estuvo a punto de atropellarlo y se vio obligado a frenar de golpe.

El ruido de los neumáticos chirriar contra el asfalto hizo girar la cabeza tanto a Andrei como a Laura.

Ni uno ni otro creyeron lo que vieron.

Para alegría de Laura y desesperación de Andrei, el coche que había frenado era de la policía local.

Los policías, adivinando que allí no se cocía nada bueno, orillan el vehículo y uno de los dos miembros de la dotación se baja del coche justo a tiempo para recoger a Laura, que se lanzaba en sus brazos pidiendo socorro, y ver como el machito de Andrei tomaba las de villadiego a la carrera.

El poli, que por suerte era joven, dejó a Laura al cuidado de su compañero, y corrió tras el valiente.

A los pocos minutos volvió con el bueno de Andrei hecho un paquetito, esposado y listo para setenta y dos horas de detención por cuenta del estado. El olor a mierda de Andrei evidenciaba que se había cagado.

Los policías llamaron a otra dotación para que acompañara a Laura a casa.

Mientras Laura esperaba, no podía oír lo que Andrei decía desde el interior del vehículo policial, pero si podía ver el odio que destilaba su mirada.

- Todo esto ocurrió ayer, terminó Ana, y nos han dicho que nos conviene pedir una orden de protección.

Tras casi un minuto de silencio, en el que intenté sin éxito asimilar el relato, cotesté.

- Les han aconsejado bien.

Creo que fue en ese momento cuando me di cuenta que hasta entonces Laura no había dicho ni una sola palabra.

Los juzgados de violencia machista son tribunales de excepción

Leido en El País



Salvador Alba Mesa, titular del juzgado número 3 de Las Palmas de Gran Canaria, es uno de los jueces que ha presentado una cuestión de inconstitucionalidad sobre la Ley Orgánica de Protección Integral contra la Violencia de Género. Este miembro de la Asociación Profesional de la Magistratura (conservadora), de 35 años, considera que las penas más graves para los hombres que para las mujeres en el maltrato de pareja que contiene esa norma vulneran la Constitución. También prepara otra cuestión sobre los juzgados de violencia sobre la mujer. Reclama "más medios financieros para las Fuerzas de Seguridad del Estado y un Código Penal más duro con los agresores" para evitar más muertes.

Pregunta. ¿Por qué cuestiona que se castigue más a los hombres que a las mujeres que maltraten a su pareja?

Respuesta. La ley establece una clara discriminación penal en contra del hombre y a favor de la mujer. Yo creo que eso es inconstitucional y que no se sustenta jurídicamente. Se castiga más o menos según el sexo del agresor y de la víctima, y no según la gravedad del delito, que, a mi juicio, es igual lo cometa quien lo cometa. Por eso, creo que esta ley viola el artículo 14 de la Constitución que consagra la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.

P. El argumento para sancionar más a los hombres es que casi siempre son ellos los agresores y las mujeres, las víctimas. Con ese agravamiento se busca disuadir.

R. El delito es el mismo, independientemente de quién sea su autor. Por ejemplo, el legislador, muy acertadamente, no distingue en materia terrorista si un acto lo comete ETA o una banda islámica radical.

P. ¿Cómo se debe luchar entonces contra la violencia?

R. Lo que nos exige la sociedad es endurecer la pena contra los maltratadores independientemente de su sexo, que tengan tanto miedo a las consecuencias penales que se lo piensen más de una vez antes de atacar a su pareja. Si se quería combatir de verdad los malos tratos en el ámbito familiar había que ser mucho más contundentes en las penas a los agresores, mucho más eficaces en la protección a las víctimas y ofrecer suficientes garantías que impidan que un agresor pueda acercarse a su víctima cada vez que le plazca pese a tener orden de alejamiento. Ésas son las reformas que necesita nuestra sociedad, pero falta presupuesto. Si no se dota de suficientes medios a las Fuerzas de Seguridad del Estado, no existirán suficientes garantías de protección a las víctimas y una orden de alejamiento queda en papel mojado.

P. ¿Por qué le parecen escasas las penas actuales?

R. La pena máxima por una agresión grave es de cinco años. Una lesión leve a veces se castiga con menos de seis meses. Esa infracción leve y la pena tan baja, muchas veces, ha llevado a una muerte. La reforma de la ley no responde con dureza al agresor. Reclamo una reforma contundente del Código Penal, con penas más duras.

P. ¿Cómo afrontan los jueces los casos de maltrato?

R. La ley nos ata las manos. Nos obliga a condenar a los agresores con penas irrisorias mientras la víctima sigue sufriendo una enorme presión psicológica, y a veces también maltrato físico. Según mi experiencia, más del 50% de las mujeres que denuncian se desdicen cuando llega el juicio. Prefieren quedar como protagonistas de un falso testimonio a que su pareja ingrese en la cárcel.

P. ¿Por qué reaccionan así?

R. Puede ser porque estén atenazadas por el miedo o que en el calor de una discusión fuerte las cosas se vean de forma distinta.

P. ¿En qué basará su futura cuestión respecto a los juzgados de violencia sobre la mujer?

R. La Constitución Española prohíbe los tribunales de excepción. A mi juicio, los juzgados de violencia son tribunales de excepción y además vacían de contenido a los juzgados de familia. Lo que aún me parece mucho más grave es que sólo atienden los asuntos en los que el agresor es hombre y la víctima es mujer.