jueves, marzo 19, 2009

Nueve mujeres muertas y una cifra que deja respirar

Se llamaba Gabriela Toledo, tenía 31 años y era boliviana. En junio de 2008, su ex novio René Andia la apuñaló siete veces en la puerta de su casa de Las Rozas. Es una de las nueve mujeres que murieron el año pasado en la Comunidad por violencia de género. Gabriela es una trágica cifra del avance de la Memoria presentada ayer por la fiscalía. De las otras asesinadas por sus parejas, cuatro murieron en Madrid capital y el resto en Alcalá, Móstoles, Getafe y Norte. El informe también señala que en la capital murieron asesinadas otras cuatro mujeres por violencia doméstica (por familiares que no eran sus parejas).

El estudio indica que por primera vez desde que existe la Ley Integral de Violencia de Género, aprobada en diciembre de 2004, han bajado los casos denunciados por este tipo de delitos. Pasaron de 21.147 diligencias en 2007 a 19.982 en 2008, lo que representa un 5% de disminución. Inmaculada Montalbán, presidenta del Observatorio contra la Violencia de Género, asegura que aunque no conoce el informe de la Fiscalía de Madrid, la disminución le merece una valoración positiva. "Los resultados de la campaña de prevención se pueden estar viendo", aseguraba ayer.

Mientras en Madrid la fiscalía habla de una caída de las denuncias, el martes pasado el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, informó sobre el aumento de delitos relacionados con la violencia machista en el ámbito nacional. "Cada vez denuncian más los vecinos de las víctimas, los familiares; están aflorando poco a poco este tipo de delitos al perderse el miedo", señaló Rubalcaba, que explicó que los delitos de este tipo pasaron de 60.000 en 2007 a 63.000 el año pasado.

El informe del fiscal de Madrid señala que 7.428 mujeres solicitaron medidas de protección cautelar de sus parejas o ex parejas; a un total de 2.681, el 36%, se les denegó.

En el caso de Gabriela, su ex pareja, René, tenía una orden de alejamiento. Meses antes de ser asesinada, le denunció. Un juzgado de Majadahonda condenó al hombre a siete meses de prisión por lesiones en el ámbito familiar. La condena se sustituyó por la expulsión del maltratador. Nunca se fue.

Fuente El País

Sólo un 4% de los maltratadores en la cárcel recibe tratamiento

Sólo un 4% de los maltratadores presos sigue un tratamiento voluntario de rehabilitación. En las cárceles españolas hay más de 7.000 hombres condenados por delitos relacionados con la violencia doméstica y sólo 300 de estos presos se han apuntado a estos cursos, según datos facilitados por Instituciones Penitenciarias.

Estos programas empezaron a impartirse en el año 2005 y en la actualidad son 56 los centros penitenciarios que imparten estos cursos, por los que ya han pasado 1.200 reclusos. Los hombres que han participado en este tipo de programas, pero en régimen abierto, son más de 11.000.

El delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, reconoció que "reeducar a este tipo de presos es difícil, porque hay que actuar cuanto antes. Hacerlo cuando ya están en la cárcel es tarde".

"Hay que diferenciar los cursos de reeducación que se hacen en centros penitenciarios de los que se hacen en régimen abierto a los condenados por primera vez a penas de menos de dos años. Son agresores en fase precoz de la violencia y eso significa que son más abordables desde el punto de vista de la recuperación", señaló Lorente.

Precisó que además los hombres que están en la cárcel por maltratar a las mujeres constituyen "un grupo muy heterogéneo", y agregó que "el hecho de estar en prisión suele producir en muchos de ellos una agresividad añadida. Son agresores que no reconocen su culpabilidad, suelen decir que atacaron a la mujer porque ella les provocó. Todas estas circunstancias hacen que sean difíciles de abordar".

Además, según Lorente, la violencia doméstica no sugiere rechazo en los ambientes carcelarios. "Son reclusos que se integran en la estructura carcelaria sin problemas, pero sí que podrían ser cuestionados si se apuntan a los cursos de reeducación", manifestó.

Asimismo, destacó que un aspecto muy positivo de estos programas de reeducación es el seguimiento profesional del agresor. "Mientras el maltratador realiza el curso, está controlado. El programa permite una valoración del riesgo de una manera profesional, directa y controlada", explicó. "Son periodos largos de tiempo en los que el profesional sabe perfectamente cómo está el agresor. Está controlado y ves cómo se va adaptando a su nueva situación carcelaria".

Las asociaciones de mujeres aseguran que este tipo de programas no sirven para nada. Tina Alarcón, presidenta de la Asociación de Mujeres Violadas y Maltratadas, que lleva más de 20 años trabajando con mujeres víctimas de la violencia machista, aseguró que "los resultados de los planes de reinserción de maltratadores son muy bajos para el esfuerzo que se hace. Hay que trabajar mucho la perspectiva de género, al agresor hay que cambiarle su percepción del mundo y eso es muy complicado".

"La mayoría de los presos que se apuntan a estos programas de rehabilitación no lo hacen porque quieren rehabilitarse, sino para conseguir beneficios penitenciarios, no porque estén realmente arrepentidos. Son muy pocos quienes hacen el tratamiento realmente convencidos", añadió Alarcón.

Otras asociaciones de mujeres consultadas cuestionan la preparación de los psicólogos que dan los cursos de reeducación a los maltratadores encarcelados. "La formación académica que se imparte en las facultades de Psicología no procura los conocimientos que son necesarios para intervenir adecuadamente en una materia tan complicada como la de la violencia de género", sostienen.

La psiquiatra francesa Marie France Hirigoyen, especialista mundial en maltrato psicológico, sostiene en su libro "El acoso moral" que los maltratadores son individuos perversos y que "la perversidad no proviene de un trastorno psiquiátrico, sino de una fría racionalidad que se combina con la incapacidad de considerar a los demás como seres humanos".

Fuente El Mundo

martes, marzo 17, 2009

Una abogada lleva a Estrasburgo el agravamiento de penas a hombres

La abogada Florina García interpondrá una demanda ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo por la discriminación que supone la agravación de las penas en razón del sexo en el Código Penal al violar el principio de igualdad entre hombres y mujeres y ser contraria al espíritu de la Constitución Española y la normativa internacional. Esta es la primera demanda que se presenta en España de estas características y se produce apenas dos semanas después de que el Tribunal Constitucional haya dado luz verde al artículo 174.1 del Código Penal, un apartado modificado por la Ley de Violencia de Género que considera delito las amenazas proferidas por un varón y sólo una falta las vertidas por una mujer.

La letrada plantea la situación discriminatoria que sufre su defendido, Juan Ramón de la Fuente, quien fue condenado por un delito de lesiones del artículo 147 en relación con el artículo 148.4 del Código Penal a una pena de tres años y seis meses de prisión por la denuncia interpuesta por su expareja, Julia B.F. Este último artículo agrava la pena a imponer en caso de lesiones de 2 a 5 años cuando la víctima fuere o hubiere sido "esposa o mujer" que estuviere o hubiere estado ligada al autor por una análoga relación de afectividad aún sin convivencia.

VULNERACION Florina García disiente de esta interpretación, ya que entiende que es totalmente discriminatoria y perjudica a los hombres en función de su sexo. "La víctima tiene que ser mujer y el agresor hombre, en caso contrario, si el hombre es el agredido por la mujer --esposa o conviviente-- nunca surgiría esta agravación. Por ello queda lesionado el principio de igualdad discriminado por razón de sexo y sancionando con mayor gravedad al autor de un delito no por el hecho en sí cometido sino por el propio sexo del autor", explica la letrada.

La abogada asegura que esta agravación en razón al sexo del agresor es contraria no sólo a lo dispuesto en la Constitución española sino también a normas superiores como la Declaración Universal de Derechos Humanos; el convenio para la Protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales; el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea.

A pesar de ello y de la normativa europea, superior jerárquicamente a la nacional, el Tribunal Constitucional, en mayo de 2008, negó la inconstitucionalidad de esta agravante justificada en el hecho de la posición "subordinada" de la mujer hacia el hombre y en la especial relevancia que tienen en la realidad española las agresiones sobre las mujeres. Hace apenas 15 días, el alto tribunal aprobó el artículo 174.1 que agrava las penas a los hombres.

"Gravan con una desigualdad con el fin de luchar contra otra desigualdad existente", subraya. Florina García presentará la demanda ante Estrasburgo porque "estas violaciones ya nacen en la ley y se aplican en juzgados y tribunales", advierte.

Fuente La Voz de Asturias