sábado, enero 03, 2009

La violencia machista origina más de 400 denuncias al día

El número de víctimas mortales por violencia de género, 70 en 2008, a veces no deja ver las muchas desgracias anónimas que hay detrás de este problema, sin que la mayoría de ellas, afortunadamente, acabe en el cementerio. A diario, en España, se registran algo más de 400 denuncias por maltrato machista. Las denuncias son la parte visible, puesto que se calcula, mediante encuestas, que cerca de medio millón de mujeres son víctimas de este delito sin que se atrevan a acusar pública y oficialmente a su compañero


Los juzgados exclusivos dictan un 83% de fallos condenatorios

Los últimos datos que ayer presentó el Consejo General del Poder Judicial recogen 37.239 denuncias en el tercer trimestre de 2008, un 15% más que en el mismo periodo del año anterior. La mayoría de ellas se debe a los atestados que presentan la policía o la Guardia Civil y también a los partes por lesiones que salen de los centros médicos. 3.170 las presentaron las propias afectadas y los familiares denunciaron en 412 ocasiones. No es mucho, pero el número se ha doblado desde el segundo trimestre.

Normalmente, el miedo o la inconsciencia de estar percibiendo malos tratos, no ayudan a denunciar e incluso en algunas ocasiones llevan a un arrepentimiento prematuro. Un 11,4% del total de las denuncias son retiradas cuando aún no ha acabado el proceso, lo que no quiere decir que la investigación decaiga, pero muchas veces se pierde con ello una prueba crucial para llegar a término. Como media, un 64% de las condenas dictadas son condenatorias aunque hay grandes diferencias entre los juzgados. En los exclusivos para la violencia contra la mujer el porcentaje de condenas alcanzó el 83% en el citado trimestre, mientras que en los penales bajan al 48% y en las audiencias provinciales suben al 75%. El 36% de las absoluciones no se deben, según los expertos, a que la denuncia fuera falsa, sino a la dificultad en numerosas ocasiones para demostrar estos delitos, donde a veces la víctima es la única prueba. También destacan que el porcentaje de denuncias falsas ronda el 4%, similar al de otros delitos. Los quebrantamientos de condena han disminuido un poco en este tercer trimestre, pasando de 1.104 a 1.032. Un 73% de las medidas de protección para la víctima son acordadas. Se solicitaron en los juzgados específicos contra este delito 11.141 medidas de protección.

Por otro lado, el consejo, a través de la presidenta de su Observatorio contra la violencia de género, Inmaculada Montalbán, ha pedido esta semana que se implante un sistema de alertas en los ordenadores de los juzgados de instrucción y enjuiciamiento de estos delitos para que se avise a la víctima de forma inmediata de cualquier movimiento del condenado que pueda suponer un riesgo para ella. Por ejemplo, cuando un preso por malos tratos sale en libertad durante un fin de semana o cuando ha cumplido su condena. Esto no siempre ocurre, como viene advirtiendo la Comisión de Investigación de Malos Tratos. A veces porque el domicilio de la víctima permanece oculto, precisamente para que el agresor no lo encuentre.

Fuente El País

miércoles, diciembre 31, 2008

Las raíces del mal son muy profundas, hay que prestar atención a los maltratadores

Enrique Echeburúa, catedrático de Psicología Clínica en la Universidad del País Vasco, lleva 20 años prestando asistencia a mujeres maltratadas y otros 15 trabajando con hombres maltratadores. Aunque se esfuerza en mantener y transmitir optimismo, confiesa que eliminar la violencia doméstica es un objetivo "probablemente inalcanzable". "No vamos a erradicar el maltrato por completo, pero debemos llevarlo a las cotas más bajas", afirma.

Las cifras de mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas son una prueba de lo poquísimo que se ha avanzado en este terreno. Según cálculos de elmundo.es, en 2008 han muerto al menos 72 mujeres en España, dos más que el año pasado y 11 más que en 2005, el primer año completo desde la entrada en vigor de la Ley Integral contra la Violencia de Género.

Lejos de disminuir cada año, los femicidios "aumentan o se mantienen en unas tasas relativamente altas", asegura Echeburúa. "Una media de una o dos mujeres asesinadas a la semana en España es insoportable", añade.

Los motivos de esta terrible "constancia" son difíciles de identificar, según Echeburúa, pero apunta algunos de ellos: medios tecnológicos insuficientes o ineficaces -tanto para proteger a las víctimas como para controlar a los agresores-, falta de campañas preventivas en el ámbito escolar y familiar, escasez de profesionales y programas integrales para el tratamiento reeducativo de los maltratadores y, no menos importante, la reducción de las condenas, que en muchas ocasiones no están relacionadas con la rehabilitación del agresor.

En opinión de Echeburúa, prestar tratamiento psicológico a los agresores es una de las claves para luchar contra el maltrato, sobre todo en el caso de personas que ya han establecido relaciones violentas con su pareja. "Primero hay que proteger a las víctimas y garantizar su seguridad, pero reaccionar contra la violencia también significa prestar atención a los agresores, darles una salida para proteger a otras mujeres", asegura.

Las terapias de rehabilitación de maltratadores producen rechazo en ciertos sectores que defienden la protección de las víctimas como única solución. Pero Echeburúa defiende que "el tratamiento tiene pleno sentido desde el punto de vista de la prevención de la propia mujer". "Muchos maltratadores son personas jóvenes que después de cumplir su condena van a estar en edad de entablar una nueva relación. Conviene trabajar con ellos para evitar que sean reincidentes y puedan convivir con una mujer", explica.

Para que la terapia tenga éxito tiene que ser voluntaria. "El maltratador debe aceptar lo que es y desear su rehabilitación", asegura Echeburúa. Además, tiene que terminar el tratamiento completo. El catedrático reconoce que "hay un porcentaje muy importante de deserciones". Según su experiencia con cientos de maltratadores, el 40% abandona antes de que se le dé el alta. Del resto, el 80% tiene éxito terapéutico cuando termina el tratamiento. Pero este porcentaje disminuye al 67 o 68% al cabo de un año.

"Quiere decir que la motivación para someterse al tratamiento es débil. Niegan ser maltratadores y abandonan la terapia", explica Echeburúa. "Ocurre con todas las personas que tienen un problema que supone rechazo social", añade. El ejemplo más claro es el del acohólico, que en la mayoría de los casos niega su dependencia. Se engaña. "No ocurre lo mismo -prosigue el catedrático- cuando una persona tiene depresión. Normalmente busca ayuda porque sabe que está enfermo".

Aunque los expertos están convencidos de que la violencia tiene cura, dejan muy claro que el maltrato no es una enfermedad. "Los agresores no son psicópatas ni desalmados. Toman conciencia del alcance de lo que han hecho y, como es muy difícil convivir con ello, con el rechazo social y el reproche de los hijos, sienten un gran impulso suicida". Entre un 20 y un 30% de los maltratadores que matan a sus parejas acaban suicidándose, aunque son más los que lo intentan.

Sólo el 5 o el 10% de los agresores padece una psicopatía grave. "La mayor parte no son enfermos mentales. Desde el punto de vista de la enfermedad mental son personas normales, aunque no del todo", afirma Echeburúa. "Hay una normalidad moral, pero no psicológica", precisa.

Según el catedrático, los maltratadores tienen deficiencias psicológicas. "Tienen una autoestima baja, ideas machistas, celos patológicos, problemas con el alcohol, problemas de comunicación y pobreza de habilidades para la solución de problemas", detalla. "El tema del maltrato es muy complejo y las raíces del mal son muy profundas", concluye.

Fuente El Mundo

2008 El peor año para la violencia de género

El 28 de diciembre de 2004 entraba en vigor la Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. Cuatro años después una de las peores lacras de nuestra sociedad no sólo no mejora, si no que va a peor. 2008 cierra con un total de 72 mujeres asesinadas a manos de su pareja, una menos que en 2007 e igual que en 2004.

La lacra de la violencia de género no da un respiro. 2008 se ha convertido en el peor año del siglo en lo que se refiere a terrorismo doméstico. 72 mujeres muertas –70, según los datos del Ministerio de Igualdad a falta de confirmar varios casos-, las tres últimas en el mismo día –Cornellá, Las Palmas y Rentería-, y centenares de intentos de asesinatos. El año que termina deja al descubierto que algo no funciona o que no se está haciendo lo suficiente.

Órdenes de alejamiento, dispositivos de vigilancia, denuncias que en muchos casos no sirvieron para nada –16 de las 72 fallecidas había denunciado a su asesino-. Como uno de los múltiples ejemplos, el caso de María del Rosario Peso, de 57 años. Nunca denunció a su asesino, el que era su actual pareja, pese a que éste se encontraba en prisión por otro caso de maltrato a su ex mujer.

Aído: "Hay que mejorar los sistemas de prevención, detección temprana de los casos de violencia, en sensibilización e información"


El día que Maximino Couto decidió matar a María del Rosario se encontraba de permiso penitenciario. La pulsera de control que llevaba en su muñeca funcionó correctamente cuando Couto se desprendió de ella, pero no fue detectada por los funcionarios de servicio en la Unidad Central de Vigilancia Electrónica. Couto pudo entonces actuar con total libertad y matar a golpes a María del Rosario.

Como éste, conocido ya como el 'caso de A Lama', decenas en los que las víctimas se armaron de valor y denunciaron su pesadilla sin que finalmente les sirviera de nada. Sus agresores lograron su objetivo y cometieron 72 horribles crímenes.

Del total de fallecidas este año, menos de la cuarta parte (16 mujeres) había presentado denuncia. Además, 10 de ellas tenían dictada una orden de protección a su favor (el 15%) frente a las 13 que la habían solicitado. En el 60,9% de los casos, seguían manteniendo una relación con su asesino.

72 nombres y 72 asesinos. Una cifra escalofriante que refleja un dato más que preocupante: el aumento de los casos de violencia de género entre los inmigrantes. Según los datos de la cartera de Igualdad, el 44,3% de las mujeres asesinadas este año eran inmigrantes.

Una cifra que si se compara con años anteriores refleja una situación descontrolada, en especial si se tiene en cuenta que la población inmigrante en España representa un 10%. En 2007 murieron asesinadas por sus compañeros sentimentales un 40% de inmigrantes y en 2006 un 29%. En tan sólo dos años un 11% más.

En 2007 murieron asesinadas por sus compañeros sentimentales un 40% de inmigrantes y en 2006 un 29%


Datos que, junto al terrible mes de diciembre con 10 asesinadas, han hecho plantearse a la titular de Igualdad, Bibiana Aído, una mejora de la Ley de Violencia de Género. "Estos datos ponen de manifiesto que el camino es largo, duro y difícil y que requiere de una mayor implicación de las instituciones y de la sociedad civil en su conjunto".

Aído ha señalado que en el seno de la Comisión de Igualdad se ha creado una subcomisión específica "para ver cómo está la legislación vigente" y de ella saldrán las recomendaciones y conclusiones que "el Gobierno tendrá en cuenta a la hora de establecer modificaciones en la Ley".

"Hay que mejorar los sistemas de prevención, detección temprana de los casos de violencia, en sensibilización, información e implicación social de toda la ciudadanía para lograr un contexto de seguridad más responsable", aseguró la ministra.

Pero, mientras se sigue buscando la solución que acabe con la marca del maltrato, Lisa, Maria del Rosario, Hortensia, María José... serán el ejemplo del terror y del dolor, del horror y de una muerte que pregunta: ¿se pudo haber evitado?

Fuente El Mundo