lunes, junio 14, 2010

El 85% de las víctimas de violencia machista no había denunciado

Mercedes, Farida, Lupe, Fatna, Carmen... 32 mujeres han muerto en lo que va de año a manos de sus parejas o ex parejas. 32 víctimas y 32 asesinos. Una cifra preocupante que indica que en 2010 los crímenes por violencia machista están repuntado. El año anterior -en junio habían muerto 10 menos- se cerró con 55 mujeres asesinadas. Un número que supuso toda una conquista. En 2008 fueron 76; en 2007, 71. Ese logro, sin embargo, parece ahora una ilusión. A estas alturas hay tantas víctimas como en los años más negros. Los expertos intentan buscar razones: una posible reducción de las denuncias (el 85% no acusó a su agresor), la influencia de la crisis, un posible efecto imitación, la especial vulnerabilidad de la población inmigrante. No hay un único factor que lo explique.

Lo que está claro es que muchas de las víctimas compartían una característica: el 37,5% eran extranjeras -un punto más que en todo 2009-. Una población que ha estado sobrerrepresentada en este tipo de crímenes en los últimos tiempos, pero para la que, además, este parece ser un año todavía más aciago.

Son más vulnerables y están más desprotegidas. "Puede que las campañas no alcancen suficientemente a ese sector de la sociedad", reconoce el delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente. Una conclusión a la que también llega la presidenta de la Comisión de Investigación de Malos Tratos a Mujeres, Consuelo Abril. "Su situación es mucho más complicada. Su grado de vulnerabilidad y de necesidad es extraordinario. Muchas veces su única familia, su único contacto con el entorno, es el agresor. Denunciar, para ellas, es doblemente difícil", sostiene Abril. Lorente explica que para intentar paliar este grave problema se ha añadido un programa más a los que ya existen. Es el plan Confluencia, un nuevo programa de "encuentro" entre las asociaciones de mujeres españolas y las de inmigrantes.

Pero si se analizan las estadísticas de 2010 destaca que solo cinco de las 32 mujeres asesinadas este año (apenas el 15%) habían denunciado a su maltratador. Otra dio el paso, pero más tarde retiró la denuncia. "Puede que esto sea un síntoma de que el número general de denuncias se haya reducido", dice Lorente. "El cuestionamiento a las denuncias, el debate en torno a las denuncias falsas está haciendo mucho daño a las víctimas. Les hace tener una cierta reticencia a acudir a las autoridades". Esta es, para él, una de las causas del preocupante repunte de crímenes. Los datos de denuncias por violencia machista correspondientes a 2010 que recopila el Observatorio de Violencia Doméstica del Consejo General del Poder Judicial aún no se conocen, pero en 2009, el número de denuncias se redujo casi un 5%.

Lorente da otra pista: "Lo que sí sabemos es que las denuncias provenientes del entorno de la víctima se han reducido. Ya eran bajísimas, pero lo poco que se había conseguido se ha vuelto a desandar". Este es uno de los puntos fundamentales que, según Abril, hay que analizar. "Para la mujer es tremendamente difícil denunciar a su maltratador. Salir de esa cárcel. Las campañas en este momento deben ir fundamentalmente dirigidas a su entorno. Al vecino, al amigo, al hermano", dice.

En varios de los asesinatos de este año, el propio entorno de la víctima manifestaba después del crimen conocer la situación de maltrato de la mujer, pero nadie denunció. Algo a lo que intenta poner fin la campaña de Igualdad Saca tarjeta roja al maltratador, que ha recibido las críticas del PP, que ha dudado de su eficacia. De hecho, el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, criticó ayer el trabajo del Ministerio de Igualdad y llegó a pedir, incluso, su desaparición.

¿Qué ocurre? ¿Por qué no terminan las campañas de calar en la sociedad? Es difícil introducirse en la mente de alguien que decide asesinar a su esposa, muchas veces a sangre fría. Miguel Lorente habla de "efecto imitación" o "paso a la acción". "La concentración de víctimas en el tiempo, el grado de similitud de algunos crímenes -en al menos dos de ellos el agresor asesinó también a un hijo- y el perfil de las víctimas -llama la atención que un alto porcentaje eran mayores de 40 años- nos hacen plantearnos que hay un posible efecto imitación. Es gente que ya llevaba dándole vueltas a la idea y que decide, al ver un caso similar, pasar a la acción", dice Lorente.

"La crisis económica también está afectando en cierta medida a que se agudicen las tensiones en estas parejas. No es que la crisis provoque los crímenes, pero sí colabora a que explote un problema previo. Igual que en las épocas de más calor o durante las vacaciones, por la mayor convivencia, los crímenes por violencia machista se incrementan", dice la presidenta de la Comisión de Investigación de Malos Tratos a Mujeres.

¿Es posible erradicar por completo este tipo de delitos? "Es muy difícil, pero al menos debemos aspirar a ello", dice Lorente. La ministra de Igualdad, Bibiana Aído, comparecerá el miércoles en el Congreso para hablar sobre los datos de violencia machista de este año y hacer balance de su ministerio, creado en 2008.

Fuente El País