martes, abril 20, 2010

Igualdad alerta de un brote machista que lastra la lucha contra el maltrato

El Ministerio de Igualdad lleva meses preocupado por el auge de ciertos colectivos con ideas machistas que, en opinión del delegado del Gobierno contra la violencia sexista, Miguel Lorente, tergiversan las estadísticas sobre el maltrato o los conflictos en las separaciones con el fin de que "todo siga igual y los hombres sigan teniendo privilegios". El dirigente ministerial denomina posmachistas a estos grupos porque su origen entronca con la posmodernidad y presumen de su rechazo al machismo: "Los posmachistas se han dado cuenta de que la crítica a los avances de las mujeres no basta y por eso dicen que buscan la igualdad".

El colectivo aglutina a hombres "con elevadas cargas de frustración" asociadas normalmente a malas experiencias con la justicia en los procesos de divorcios, añade el psicólogo del Instituto Andaluz de la Mujer Juan Ignacio Paz. Estos hombres forman pequeños grupos, aparentemente no organizados, muy activos en internet.

LOS ARGUMENTOS Agrupaciones como Padres Maltratados y Asociación contra la Discriminación por Razón de Sexo difunden argumentos con gran aceptación, como el de las virtudes de la custodia compartida. Pero, según Lorente, "manipulan" los datos para tachar a los estudios gubernamentales de "complot de género". "Además --añade el delegado--, mezclan todo para confundir, como se aprecia en el hecho de que pongan en el mismo cajón las cuestiones relacionadas con violencia de género, la custodia compartida, las ayudas laborales para corregir la desigualdad, etcétera".

A finales del año pasado intensificaron su actividad, según Lorente, porque por primera vez la ley contra la violencia sexista ofreció un resultado palpable: el descenso de un 27% de las víctimas mortales. Entonces renació la polémica de que muchas mujeres fingen maltrato y presentan denuncias falsas para sacar rédito en los divorcios.

LA BELIGERANCIA Sin embargo, según apunta el representante de Igualdad, "nunca hasta finales del 2009 el debate se había planteado con una beligerancia tan manifiesta ni con una estrategia tan continuada".

La polémica renació porque el juez de familia de Sevilla Francisco Serrano dijo que las denuncias falsas "han provocado un genocidio de hombres, ya que la retirada de la custodia de sus hijos lleva a muchos a suicidarse". "El mito rebrotó porque el argumento de los posmachistas de que el maltrato es cosa de cuatro borrachos y cuatro inmigrantes y no se basa en la desigualdad de sexos se les viene abajo cuando ven que la ley sí que sirve", afirma el delegado del Gobierno contra la violencia sexista.

"Extender el mito de las denuncias falsas, que carece de fundamento, en nada ayuda a que las maltratadas presenten denuncia. Esta polémica hace que piensen que no serán creídas y refuerza al agresor, que se siente con más impunidad", señala, por su parte, la vocal del Consejo General del Poder Judicial Inmaculada Montalbán.

Desgraciadamente la lucha contra la violencia sexista es muy compleja y este año se ha vuelto a las dramáticas cifras de antaño: 21 asesinadas en solo cuatro meses, de las que solo cuatro habían presentado denuncia.

LA CREDIBILIDAD Este dato, junto con el descenso de las denuncias en el 2009, pone de manifiesto, según el delegado del Gobierno, que la polémica tiene trascendencia porque las afectadas "creen que van a ser muy cuestionadas y no se atreven a denunciar". Además, las que sí dan el paso deben hacer un esfuerzo mayor para ser creídas. "Hay relación entre el ambiente generado por poner en duda la palabra de las mujeres y la respuesta que el sistema les da", añade Lorente, que pone como ejemplo que apenas se han usado las 3.000 pulseras con GPS a disposición de los jueces para el seguimiento de maltratadores.

Frente a esta opinión, la fiscala delegada para la violencia machista, Soledad Cazorla, afirma que no es partidaria de unir el repunte de las asesinadas que no habían denunciado con una polémica "que lleva años". Soledad Cazorla recuerda que en los primeros meses del 2008 hubo un número similar de víctimas que no habían solicitado ayuda a la Administración.

Un representante posmachista, Juan Luis Rubio, presidente de la Asociación de Padres de Familia Separados, responde que "el ministerio que predica la desigualdad" es el que ha generado nuevos problemas con la ley integral, dado que "se detiene a hombres inocentes por una denuncia falsa". Juan Luis Rubio está de acuerdo en que, cuando se dicte una sentencia condenatoria, se envíe al culpable a la cárcel y se le quite la custodia, pero no con anterioridad. Además, exige que el Gobierno publique la cifra de hombres fallecidos.

Fuente El Periódico de Aragón

1 comentario:

Anónimo dijo...

Supongo que en el artículo original no pondría "el posmachista".
Si posmachistas son los que están en contra de que la palabra de una mujer valga más que la de su marido, que se le exija a la mujer que pruebe sus denuncias, como se nos exige a todos los demás (es la Constitución que tanta sangre ha costado tener la que "pone en duda la palabra de la mujer denunciante".... y pone en duda la mía, y la de todo ciudadano, a ver si nos enteramos de una vez), a los que les repugna que una bofetada o un grito de un marido a su mujer esté mucho más penada que la bofetada o el grito contrario, a los que les escandaliza que la ley mezcle la custodia de los hijos (que ya de por sí es discriminatoria) con una simple denuncia por maltrato, sin necesidad de pruebas.... si es así, ser posmachista es ser demócrata. Me encanta estar de ese lado, y no del de la Ley neonazi.
Entérense, señores de la "Igualdad": muchos veíamos en 2005 que esa ley era un callejón sin salida, que iba a causar muchísimos más daños de los que iba a evitar, y que terminaríamos haciendo un enorme daño a las verdadera mujeres maltratadas, que por supuesto existen (como existen hombers maltratados por sus mujeres) y a las que no les hemos arreglado nada; más bien al contrario. Reconózcanlo de una vez. Primero, los derechos fundamentales; y dentro de ese marco, intentemos pillar a los malos y dejarnos en paz a los buenos.