lunes, diciembre 31, 2012

El año acaba con la cifra más baja en una década de muertas por violencia machista

Sólo el cero es el número verdaderamente bueno, pero este 2012 acaba con la menor cifra de mujeres fallecidas en una década por culpa de la violencia de género. No obstante, son 46 las mujeres que han perdido la vida a lo largo de este año por hombres con los que en su día tuvieron una relación sentimental. 

De acuerdo con los últimos datos oficiales, a fecha de 26 de diciembre, hay contabilizadas 46 fallecidas y otros cinco casos en investigación. El último caso ha ocurrido esta misma madrugada en Madrid, donde la Policía ha detenido a un hombre por matar presuntamente a su pareja. Todo apunta a un crimen machista, pero falta la confirmación oficial. 

Hay que remontarse a 2009 para encontrar la segunda mejor cifra, cuando hubo 55 víctimas mortales. En 2011 se alcanzaron las 60, 13 menos que en el negro 2010. Del total de mujeres fallecidas en 2012, sólo ocho habían denunciado a su agresor. Además, cuatro de las víctimas tenían medidas de protección en vigor que sus agresores incumplieron, uno de ellos sin consentimiento de la víctima y tres con su aprobación. 

En cuanto al perfil de las mujeres, 36 víctimas eran españolas y diez extranjeras. La mayoría de las víctimas tenían entre 21 y 30 años (12), entre 51 y 64 años (nueve) o más de 64 años (diez). Además, una de las víctimas tenía menos de 16 años y otra tenía entre 18 y 20 años. Las restantes tenían entre 31 y 40 años (seis) y entre 41 y 50 años (siete). Por comunidades autónomas, la mayoría de los crímenes se han perpetrado en Cataluña (12), Andalucía (seis), Comunidad Valenciana (seis) y Madrid (cinco); seguidas de Galicia (cuatro), Castilla-La Mancha (tres), Castilla y León (dos), Islas Baleares (dos), País Vasco (dos), Islas Canarias (dos), Asturias (uno) y Extremadura (uno). Por su parte, 34 de los agresores eran pareja de la víctima y 12 eran ex pareja o se encontraban en fase de ruptura. Además, 35 eran españoles y 11 extranjeros. La mayor parte de ellos tenía entre 31 y 40 años (13), más de 64 años (doce) o entre 51 y 64 años (nueve). Tras cometer crimen, doce de los agresores se suicidaron y otros nueve lo intentaron. 

La presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas, Yolanda Besteiro, ha recalcado que, aunque parezca "una cifra baja en relación con otros años", hay que valorarla junto a otros datos, como el menor número de separaciones y divorcios. A su parecer, en este tipo de situaciones "se dispara el riesgo por parte de las mujeres que deciden poner fin a su relación de ser agredidas o de ser asesinadas". También ha subrayado que únicamente habían denunciado un 17% de las víctimas, frente al 25% de otros años; así como que la mayoría convivían con sus agresores. "Las mujeres están denunciando menos y se están separando y divorciando menos y conviven más con sus maltratadores, fruto del descenso de los recursos de las campañas de prevención y también por los recortes en atención a víctimas, sobre todo en algunas comunidades autónomas y en el medio rural, en donde se han cerrado casas de atención a las víctimas", ha denunciado. En opinión de Besteiro, estos condicionantes se unen al hecho de que, por la crisis, las mujeres tienen "menos recursos para atender su situación de vulnerabilidad fruto de la violencia de género que están padeciendo" y "menos oportunidades económicas", por lo que no ponen fin a esa situación. "Optan por aguantar el maltrato, entendiendo que lo hacen por el bien de sus hijos y por tener las necesidades básicas cubiertas", ha indicado. 

La Fundación Mujeres, Marisa Soleto, ha asegurado que estas cifras ayudan "únicamente" a ver una parte de la realidad de la violencia de género. Al mismo tiempo, ha señalado que, aunque el número de víctimas sea "más bajo que el de años anteriores", sigue revelando "la gravedad de un problema" que ha calificado de "lacra social". "Una sola muerte es una tragedia", ha aseverado. Además, ha lamentado que haya "un porcentaje significativo" deasesinatos entre personas más jóvenes porque, a su juicio, muestra que "generacionalmente no se están produciendo avances significativos". "Hay que centrarse en un trabajo global, ya que no solamente estamos hablando de una forma de entender las relaciones entre hombres y mujeres digamos antigua o de generaciones pasadas, sino que la violencia de género sigue estando muy presente en las relaciones de los hombres y las mujeres jóvenes", ha explicado.

Fuente El Mundo

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