jueves, febrero 07, 2008

¿Muerto por orden de alejamiento?

El último vestigio de Anselmo Martín sobre la Tierra es un BMW azul celeste de los años 80. Pura chatarra. Casi sin cristales. Un esqueleto. Está aparcado en la calle Braille, en el barrio Fuencarral de Madrid.

Una carrocería descascarillada, cuatro ruedas pinchadas y un vertedero en el interior: Un brick de vino peleón, otro de zumo de manzana, una lata de atún convertida en cenicero, un mendrugo de pan como una piedra y tres cartones a modo de mantas.

Así fue su última casa, y probablemente también su última cena. Anselmo, de 44 años y manco de la mano derecha, murió en la madrugada del miércoles en los calabozos del Complejo Policial de Moratalaz.

En sus últimas horas pasó por una orden de alejamiento de su mujer, dos noches durmiendo en el andrajoso coche, una patrulla policial que llega, su mujer que le denuncia otra vez, un dolor en el pecho, dos exámenes médicos que le certifican como sano, y una muerte por parada cardiaca en comisaría. EL MUNDO le cuenta la historia de su muerte. Comienza el martes.

* 16.00 horas.
Una patrulla de la Policía Nacional se presenta en la calle Braille, 4. Alguien les ha avisado de que alguien habita en un BMW matrícula M-3006-JC prácticamente desguazado. Efectivamente, Anselmo Martín duerme en esos monentos en el asiento de atrás. En el atestado, los agentes consignan que les da un papel: se trata de una orden de alejamiento dictada sólo dos días antes.
Parte trasera del coche de Anselmo.
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* 16.10 horas.
Una mujer aparece gritando a los policías. Es la esposa de Anselmo, Pilar Martínez, de 38 años, que viene casi contando los metros. Desde su casa en Anastasia López hasta la chatarra de Anselmo no habrá ni 250 metros: Ni la mitad de los 500 a que obliga la orden de alejamiento. Pilar dice que no va hasta la comisaría a denunciar a Anselmo porque no tiene a quién dejar sus tres hijos de corta edad, pero que lo den por denunciado. Los agentes se disponen a llevarse al hombre, pero...

* 16.15 horas.
...Pero Anselmo dice que siente un "fuerte dolor en el pecho", por lo que se llama al Samur. La unidad llega rápidamente. El informe, al que ha tenido acceso este diario, dice: "Tórax estable. No fiebre. Buena coloración. Buena movilidad. Bien hidratado". Y así. Todo en orden. Pero, por si acaso, "se recomienda acudir al Hospital La Paz para valoración". La Policía se lleva a Anselmo. Bajo el BMW, el miércoles, aún quedaba un guante azul del Samur tirado bajo el parachoques.

Fuente El Mundo

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