El hallazgo del cadáver de un bebé cuyo cuerpo apareció calcinado en el interior de un vehículo al que presuntamente su padre prendió fuego, abrió la trágica estadística de mortalidad infantil derivada de la violencia de género de este mes de octubre, que se ha cobrado ya cuatro víctimas.
El enfrentamiento entre sus padres fué el origen del parricidio que acabó con la vida del pequeño de 14 meses, en la localidad coruñesa de Paderne.
Cinco días después, el cuerpo sin vida de una niña de 18 meses fue hallado en aguas de la playa de la localidad guipuzcoana de Zarautz. Como consecuencia de las desavenencias entre los padres, la menor vivía con su progenitor en una chabola situada en un descampado cerca del parque Montetxio y se investiga si su muerte fue fruto de una negligencia o provocada de forma intencionada.
El último caso de violencia de género hasta la fecha deja también dos niños muertos. El cadáver de una mujer de origen marroquí y los de sus dos hijos han sido encontrados en el baño de un piso de Tarragona cubiertos de cal.
Los asesinatos de menores suelen ser los 'daños colaterales' en las guerras de pareja, pero aunque octubre está siendo pródigo en muertes infantiles, sucesos de este tipo son frecuentes.
El pasado cuatro de junio, un hombre mató a puñaladas a su mujer y a su hijo de cinco años en Almería y el pasado 5 de abril, una mujer fue detenida en Zaragoza, acusada de haber asesinado a su bebé. La precaria situación de la pareja podría haber sido el móvil de este crimen.
Fuente El Mundo
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