viernes, diciembre 31, 2010

Solo el 28% de las asesinadas había denunciado a su agresor

Por los hijos. Por dependencia económica. O emocional. Porque no se atreven a hacerlo. Solo el 28% de las mujeres asesinadas este año a manos de sus parejas o ex parejas había denunciado a su maltratador. Únicamente 20 de las 71 víctimas mortales. Una cifra que revela un problema que alarma a los expertos que, al hacer balance de uno de los años más negros de esta lacra, se preguntan por qué a pesar de las campañas aún existe una bolsa de maltrato oculta. Desde 2006 -cuando se incluyó esta variable en las estadísticas-, el porcentaje de víctimas mortales de violencia de género que había denunciado nunca ha pasado del 31%.

Este año tampoco. Los logros de 2009, cuando se consiguió que hubiera menos asesinatos de género, se han diluido en 2010. Las cifras han vuelto a repuntar. Este año los machistas han asesinado a 15 mujeres más que el anterior. La lacra no cesa y las autoridades advierten: si no hay denuncia, es muy difícil por ahora brindar la protección que las víctimas precisan.

Carmen tardó años en dar el paso. En los más de 10 que llevaba casada, los malos tratos físicos y psicológicos fueron constantes. Prefiere no dar su verdadero nombre, y con voz muy suave cuenta que se casó joven, con apenas 20 años, y que los golpes llegaron muy pronto. "Antes ya me había apartado de mi familia y de mi entorno. Cuando me dio la primera bofetada yo ya vivía por él y para él. Me sentía inútil, ridícula, tonta", recuerda. Pronto llegó su primer hijo. Y después el segundo. Pensó que ya no podía dejarle.

Esta mujer de 32 años explica que se sentía como una muñeca que intentaba no enfadar al ogro. "Pero siempre encontraba motivos para la bronca", narra. "No podía hacer nada. Me ocupaba de los niños y de la casa. Me dejaba ir a rec.ogerles al cole y de vez en cuando a tomar un café con las otras madres", dice. Nunca contó a nadie lo que le estaba pasando.

El día que decidió huir fue por los niños. "El pequeño llegó histérico del cole con una carta de su profesora. Se había peleado y lloraba por miedo a que su padre se enterara", cuenta. Ese día, Carmen decidió irse. Los motivos que la habían retenido junto a su agresor se esfumaron. Los hijos, la falta de dinero, el miedo de no tener donde ir... Las lágrimas del niño los borraron esa mañana.

Los motivos de Carmen no son extraños. Son muchas las mujeres que tardan en dar el paso. O que, como más del 70% de las asesinadas este año por los machistas, nunca llegan a darlo. "Muchas de las mujeres víctimas de maltrato ven su situación como algo normal. Han vivido una serie de cosas que les han llevado a pensar incluso que lo que están pasando es su culpa y perciben la denuncia como una medida exagerada", apunta Miguel Lorente, delegado del Gobierno contra la Violencia de Género. Su percepción del riesgo que corren es baja.

También hay que tener en cuenta la parte sentimental. "Cuando la víctima piensa 'qué voy a hacer, ¿voy a denunciar a mi marido, al padre de mis hijos, para que se lo lleven esposado, para que me señalen como una mujer maltratada?", dice el delegado del Gobierno. Igualdad detecta otro factor: muchas no saben cómo les ayuda la denuncia.

Esa una de las cuestiones que apunta Ana María Pérez del Campo, presidenta de la Asociación de Mujeres Divorciadas y Separadas, que lleva años trabajando con víctimas de la violencia de género. "Ellas ven que apenas hay beneficios si denuncian", critica. "Lograr medidas de protección es complicado y no quiere decir que vayan a funcionar", añade. Pérez del Campo sostiene además que la culpa de que muchas mujeres no den el paso de acudir a las autoridades es de la campaña de las denuncias falsas: "Si una maltratada percibe que se cuestionan las denuncias ve alimentados sus miedos. Ve cumplido lo que el maltratador le lleva diciendo tiempo, que nadie la va a creer".

Inmaculada Montalbán, presidenta del Observatorio de Violencia de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) sostiene, sin embargo, que el sistema funciona. En los tres últimos años se han interpuesto 471.000 denuncias por violencia de género. Han aumentado un 17% desde 2007. "Si las mujeres no denuncian no podemos protegerlas. Eso es lo que muestran las estadísticas", esgrime. Montalbán pone un ejemplo: en los cinco años de funcionamiento de los juzgados especializados se acordaron más de 140.000 órdenes de protección y se quebrantaron con resultado de muerte 47, es decir, un 0,03%.

Que aflore esa bolsa de maltrato oculta es uno de los retos para 2011. Para ello, Igualdad pondrá en marcha programas de detección precoz en los que colaborarán médicos de atención primaria y enfermeras. Otra asignatura pendiente es concienciar a la sociedad para que denuncie. Que no lo haga solo la víctima. El 40% de los españoles culpa a la maltratada de su situación por seguir con su maltratador, según datos de Igualdad. Ante la cifra Carmen recuerda que hay muchos motivos que dificultan dar el paso.

Fuente El País

martes, diciembre 28, 2010

Los obispos dicen que hay más maltrato fuera de la familia clásica

Los obispos relacionan el aumento de los malos tratos a mujeres (y las 71 asesinadas por sus parejas o ex parejas en España este año) con el declive de la familia tradicional. El presidente de la Subcomisión Episcopal de Familia y Vida de la Conferencia Episcopal Española y obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Plá, hizo esta reflexión en la presentación de la Misa de Familia del próximo 2 de enero en Madrid. La violencia doméstica se da sobre todo en procesos de separación y divorcio, en procesos de litigio, "de manera que los matrimonios canónicamente constituidos tienen menos casos de violencia doméstica que aquellos que son parejas de hecho o personas que viven inestablemente", dijo el obispo Reig Plá.

Para Reig es "preocupante" que cada vez se rompan más uniones conyugales, sobre todo en los primeros cinco años de convivencia, y cómo afecta a los niños la nueva situación familiar. Insistió en que un niño tiene derecho a tener un padre y una madre porque "lo necesita para tener el hábitat de la ecología humana y lo necesita para crecer como persona que sea capaz de afrontar con seguridad los retos de la vida".

Fuente El País

lunes, diciembre 27, 2010

El año cerrará con un balance dramático. Sin duda. Son 71 mujeres muertas a manos de sus parejas o ex parejas. Cada caso, con un nombre y apellido det

El año cerrará con un balance dramático. Sin duda. Son 71 mujeres muertas a manos de sus parejas o ex parejas. Cada caso, con un nombre y apellido detrás, es, sin duda, un drama. Ni qué decir de esta sangría si nos acordamos que hace sólo un año murieron 56 mujeres y que sóloen este diciembre se contabilizaba una mujer muerta cada tres días.

¿Qué ha pasado? ¿Que ha ocurrido este 2010? Nada especial, dicen los expertos que insisten en la necesidad, mejor dicho, obligación, de poner los datos en su lugar y analizar periodos de tiempo más amplios y no quedarse en la instantánea. Y no generalizar fácilmente, detrás de cada muerte hay una historia distinta. "Siempre hay un factor individual", asegura el delegado del Gobierno contra la Violencia de Género, Miguel Lorente. "Se pueden encontrar factores comunes pero entre los 71 casos de este año no hay un único perfil de maltratador", puntualiza.

En lo que discrepa respecto a los expertos consultados el hombre fuerte del Gobierno en esta materia es que en este año sí ha habido novedades frente a otros años. Y todos ellos rechazan rápidamente que la crisis económica, y su saldo de cuatro millones de parados, haya tenido que ver en estas dramáticas cifras de 2010. "Otro tópico más", sentenciaSantiago Boira, psicólogo clínico y profesor asociado de la Universidad de Zaragoza y experto en hombres maltratadores.


El eterno mito de la Eva perversa "Hay que relativizar tanto el aumento de los casos de este año como el descenso registrado en 2009", explica Enrique Echeburúa, catedrático de Psicología Clínica de la Universidad del País Vasco y tira de los datos que hay porque realmente en España "se manejan con rigor datos sólo desde 2003". Este año fueron 71 las mujeres muertas y los siguientes fueron 72, 57, 69, 71, 76, 55 hasta llegar a las 71 actuales a falta de terminar este 2010. "Así que, por muy dramático que sea cada caso individualmente se puede hablar de cierta estabilidad".

En esa idea del tiempo incide Santiago Boira, autor del libro 'Hombres maltratadores. Historias de violencia masculina', al recordar lo obvio, aunque no por ello menos importante, que "las estructuras de género están grabadas tanto en hombres como en mujeres. El comportamiento está interiorizado". Lo ratifica y advierte el delegado del Gobierno ante los críticos con la Ley Integral contra la Violencia de Género, de diciembre de 2004: "La sociedad española no ha cambiado en seis años toda su Historia de relación desigual".

Lo que sí ha cambiado este 2010 para Miguel Lorente, delegado del Gobierno es que se ha empezado a esgrimir el argumento de la víctimización de las mujeres con las denuncias falsas. "El año pasado no se hablaba de ello y ni siquiera a principios de este año la pregunta sobre denuncias falsas existía". Los datos los ha dado el Consejo General del Poder Judicial (0,18%) y la Fiscalía del Estado (0,018%). Sin embargo el debate ha surgido en la sociedad con fuerza y "el maltratador se refuerza en su comportamiento y se legitima más", explica Lorente. "El eterno mito de la Eva perversa".


Para el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 de Ciudad Real "no existían pruebas de una situación de riesgo objetivo suficientemente acreditado para la denunciante, especialmente cuando no se había constatado ninguna agresión previa", por lo que denegó la orden de protección a la joven que fue asesinada al mes por su marido. Boira, desde su amplia experiencia con hombres maltratadores, dice que"es muy complicado establecer un patrón de riesgo" y recuerda como en muchos casos de muertes no ha habido una denuncia previay que una cuarta parte de la mujeres asesinadas seguían conviviendo con su asesino.Miguel Lorente sí reconoce que el 30% de las sentencias son absolutorias. "Es un porcentaje alto", dice, pero eso lo único que significa "es que no hay pruebas para romper la presunción de inocencia". Recuerda la muerte de Pozurna (Ciudad Real) en la que la mujer denunció amenazas y al mes siguiente fue asesinada.

Efecto imitación o paso a la acción

Otra circunstancia que ha cambiado este año es que ha habido meses con una gran concentración de casos, como fue junio y está siendo este diciembre. Ello tiene un efecto de imitación en el maltratador porque"matar para una persona maltratadora es muy difícil". Los violentos se construyen argumentos y legitiman su forma de actuar y deciden pasar a la acción. Recuerda Lorente como un hombre mató a martillazos a su mujer en Roquetas (Almería) y pocos días después otro hacía lo mismo en A Coruña.


También para este psicólogo clínico es "muy aventurado afirmar que la violencia aumenta" porque con la crisis económica hay menos divorcios. El objetivo del maltratador no es la muerte de la mujer que tiene como pareja sino su sometimiento y utiliza el miedo como herramienta y esa violencia psicológica puede llegar al asesinato.En contra de lo que se cree, el maltratador es "una persona normal y no es consciente del problema que tiene", dice Santiago Boira, porque en el asunto de la violencia de género hay que"desmontar muchos tópicos",como que detrás de cada muerte hay una situación de desempleo, alcohol o consumo de sustancias. Y añade que este colectivo "no tiene un problema psicopatológico de libro". "Hasta agosto, el porcentaje de parados que hubieran agredido a sus mujeres era muy bajo", dice Lorente.

Recuerdo de lo inmediato

La instantánea es lo que queda, la última foto con el traslado del cadáver y la memoria engaña. "Se hace un balance de desastre por el recuerdo de lo más inmediato", advierte el catedrático de la Universidad del País Vasco. Más datos que exponen Echeburúa y Miguel Lorente Acosta. Hay 600.000 víctimas de malos tratos, cerca de 140.000 denuncias y 70 mujeres asesinadas. Además, Echeburúa también quiere colocar los datos de España frente a Europa y los países nórdicos para desterrar más tópicos: "el del Sur con países calientes".


Por último, en cuanto a porcentajes, en España, entre el 30 y 40% de losasesinos y víctimas son inmigrantes teniendo en cuenta que entre un 13 y 15% de la población total española es inmigrante.En España hay 2,81 mujeres mayores de 14 años muertas por violencia machista por cada millón frente aEuropa con una media de 3,94. En Dinamarca la cifra alcanza 5,4; en Finlandia, 9,3; la "superfeminista" -insiste Echeburúa- Noruega, 3,67; y Suiza y Reino Unidos duplican la media española. Y para más inri, recuerda Boira, que las políticas de igualdad llevan mucho más tiempo implantadas en los países nórdicos.

La ley de Violencia Integral, cuestionada

Igual que se ha empezado a manejar el argumento de la víctimización de las mujeres se debate sobre la idoneidad de la Ley Integral de Violencia de Género. "La ley no es mala, es una ley buena, pero no ha conseguido frenar la sangría de asesinatos", dice Echeburúa quien cree, además, que ya es "suficientemente dura".

Argumenta que en este tipo de violencia lo más espectacular son los asesinatos que quedan, pero no hay que infravalorar las 140.000 denuncias habidas por maltrato en 2009, "lo que significa que con la leylas mujeres están dispuestas a romper con el miedo y con la vergüenza de lo que es la intimidad del hogar familiar".


En contra está Natalia Ortega, psicóloga de Activa Psicología y Formación, especialista en Maltrato y Abuso Sexual Infantil, para quién es "evidente que la ley no está consiguiendo los objetivos deseados, puesto que siguen incrementando el número de muertes y hoy en día hay muchas mujeres que no encuentran el valor para denunciar". Boira aporta a este respecto que hay que "seguir investigando porqué no denuncian". Por su parte, Lorente cree que el impacto positivo de la ley de 2004 no se valora.Es más para este catedrático de Psicología Clínica "es una ley muy efectiva para proteger a las víctimas". Para el profesor asociado de la Universidad de Zaragoza "fue importantísima para ayudar aentender la violencia de género", lo que no quita que haya que mejorarla "pero pone en su sitio un problema en el que había respuestas muy tímidas".

No lavarse las manos

La batalla hay que darla en otros campos, coinciden Echeburúa y Boira. "Hay que buscar otros procedimientos que no dependan sólo de medidas legislativas como trabajar en educación, prevención y programas de concienciación", concreta el primero que cree que en "España se ha tomado conciencia de que es una situación inadmisible". Se trata de implicar a todos los agentes (hogar, escuela, médicos de familia, aumentar los juzgados de violencia de género y dotar de más medios para las pruebas periciales, medios de comunicación, campañas de sensibilización como al de la tarjeta roja al maltrato, etc.) para tener "una lluvia fina que vaya calando".


"Es un problema de larguísima distancia", sentencia este psicólogo clínico. "Un problema de hombres y de mujeres, que socialmente en el pasado era sólo de mujeres". La rehabilitación del hombre, hacerle entender que "en su relación ha hecho daño y que él es el responsable de su comportamiento es complicado, pero no imposible". El delegado del Gobierno va más allá: "Es posible acabar con la violencia de género". Es partidario de hacer una lectura en positivo y no utilizar el sentido negativo. Es más: "No hay que dejar el futuro en manos de 71 asesinos". El presupuesto del Gobierno en esta materia se mantiene en 300 millones. "Es una apuesta decidida", concluye.Ambos expertos defienden que en todo este entramado de la violencia de género, "que es responsabilidad de todos y en el que no debemos lavarnos las manos", se ha detrabajar paralelamente sobre el comportamiento de los hombres, sin olvidar a los más jóvenes, y en la protección de las víctimas de maltrato. Santiago Boira hace hincapié en que las estadísticas judiciales arrojan que hay una parte de la población muy jóven con este comportamiento. "La violencia es un atajo para afrontar el conflicto y que el otro haga lo que yo quiero", dice.

Fuente El Mundo