Los malos tratos afloran. El 10,8% de las españolas —más de dos millones— asegura haber sido víctima de violencia de género, el 3% en el último año. En 2006 eran un 6,3% quienes afirmaron haber sido maltratadas por sus parejas o exparejas en alguna ocasión. El salto en más de cuatro años es grande. Y lo es aún más si se comparan los datos del avance de la macroencuesta de violencia de género que el Ministerio de Igualdad hizo pública ayer con los del muestreo de 1999. Desde entonces, las mujeres maltratadas se han duplicado. Los expertos, sin embargo, sostienen que más que un aumento de las conductas violentas, lo que ocurre es que las mujeres son ahora más conscientes de ellas. La concienciación sobre este fenómeno es mayor.
“Sigue habiendo una enorme bolsa de silencio en torno a esta violencia, pero las mujeres reconocen ahora más que antes haberla sufrido, Son más sensibles en identificar lo que les ha ocurrido”, analiza Consuelo Abril, abogada y portavoz de la Comisión para la investigación de malos tratos a mujeres. Miguel Lorente, delegado del Gobierno contra la Violencia de Género, cree que ha cambiado la percepción sobre el maltrato. “Muchas mujeres, analizando situaciones que les ocurrieron hace 20 años se dan cuenta de que aquello que les pasó era violencia de género”, sostiene. Y el número de aquellas que dicen sufrir violencia seguirá aumentando, opina Ana María Pérez del Campo, presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas. “Hay muchas que no identifican que el sufrimiento que están padeciendo es violencia de género”, dice.
El 87% de las que han sufrido maltrato lo volvió a padecer el último año
Para su encuesta, Igualdad entrevistó en persona a 8.000 mujeres. En 2006, la muestra se hizo con las respuestas telefónicas de más de 32.000. En esa última y las anteriores (se realiza desde 1999) se analizaba también el porcentaje de aquellas que, aunque no se consideraba víctima, estaban (o habían estado) sometidas a la violencia. En 2006, se detectó que el 9,6% de las españolas eran víctimas de ese “maltrato técnico”. “Ahora, a través de las entrevistas personales se identifica de manera más correcta a las víctimas, por eso las cifras han aumentado”, asegura Lorente.
El perfil de la víctima sigue siendo similar: el maltrato es más común en las extranjeras y las mujeres con alguna discapacidad. “El 20,9% de las inmigrantes ha sufrido violencia de género alguna vez, el doble que en las españolas. Entre las discapacitadas ese porcentaje es del 30%”, expone el delegado del Gobierno. El problema llega, dice Pérez del Campo, con la vulnerabilidad.
La violencia de género afecta de lleno a los menores. Unos 840.000 han estado expuestos a estas situaciones en el último año. El 60% de ellos sufrió además violencia directa. “Los maltratadores utilizan a los hijos para hacer daño a la mujer. Y ahora que la sociedad les ha acorralado lo hacen cada vez más”, sostiene Lorente. Y las mujeres con hijos, según la encuesta, tardan más en salir de las situaciones de violencia. “Quedarse por ellos es una de las justificaciones mayoritarias que esgrimen las mujeres, cuando deberían ser la razón principal para romper”, dice Abril que cree que faltan más políticas de amparo hacia los menores. “Hay que luchar para que no reproduzcan los roles que ven en casa”, dice. Lorente sostiene que ya se hace. Ninguno de los dos cree acertada la idea del Partido Popular de integrarlos en la ley de violencia machista. “Los hijos son una secuela. Extender la ley hacia ellos deja la norma diluída y vacía de contenido de género”, opina Abril.
La tasa de homicidios (proporción de mujeres asesinadas sobre el total que dice ser maltratada) ha bajado un 33,7% desde 2006. En 2006, el número de mujeres asesinadas dividido entre aquellas que dijo haber sido víctima de violencia de género en ese último año era de un 0,17. Este año, cuando ya son 55 las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas esa tasa es de 0,11. La disminución, sin embargo, parece deberse más bien al aumento de la población que se siente amenazada, que a que haya bajado el número de muertes.
El número de denuncias, sin embargo, sigue siendo crítico. El 72% de las mujeres no denunció su situación. Aunque los datos indican una ligera mejoría respecto a la serie histórica, ya que la proporción baja algo –poco- si se toma solo a las que han sido atacadas el último año: no denunció el 70,3%.
Lorente da otro dato positivo: el 87% de las mujeres sale de la violencia de género. Este porcentaje es el de mujeres que dicen que habían sido maltratadas alguna vez pero no el último año.