"Los policías me preguntaron que por qué había aguantado tanto. Tenía miedo por ser ilegal y de que nadie me creyera porque él siempre me decía: '¿dónde vas a ir tú?, ¿quién va a creer a una extranjera ilegal?'". Quien así habla es una inmigrante marroquí, una de las muchas mujeres extranjeras que sufren violencia de género, pero son invisibles por no tener 'papeles'.
Amnistía Internacional ha dado la voz de alarma y, en un nuevo informe, ha denunciado que la tasa de mujeres inmigrantes asesinadas a manos de sus parejas es seis veces mayor que la de las españolas. Veamos: de las 65 mujeres asesinadas a lo largo de 2007 cuando se realizó el informe (ahora son 69), un total de 41 eran españolas y 24, extranjeras. Es decir, una de cada tres mujeres víctimas de la violencia de género era inmigrante.
Son mujeres que sufren una triple discriminación: por su condición femenina, por ser inmigrantes y, en ocasiones, por carecer de documentación. ¿Cómo acudir a una comisaría cuando te puede caer una orden de expulsión? ¿Cómo denunciar cuando tu autorización de residencia depende de tu agresor? ¿Cómo sobrevivir cuando apenas tienes acceso a la Justicia o a los recursos sociales?
Las cifras ponen de manifiesto que las extranjeras están más desprotegidas, son más vulnerables y, por tanto, tienen un mayor riesgo de sufrir la violencia de género. Según Amnistía Internacional, la protección a los derechos humanos no es igual entre españolas e inmigrantes, especialmente en el caso de las mujeres reagrupadas en España por su agresor o las que se encuentran en situación irregular.
Obtener justicia
«A pesar de la Ley Integral y de algunas medidas adoptadas, siguen existiendo desventajas y obstáculos que impiden a estas mujeres superar el ciclo de la violencia y obtener justicia», afirma María Naredo, investigadora del informe.
El estudio 'Más riesgos y menos protección: mujeres inmigrantes en España frente a la violencia de género' se ha presentado hoy con motivo de la celebración el próximo 25 de noviembre del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Tener que acreditar la condición de víctima de la violencia de género a través de una denuncia o una orden de protección son dos de los principales obstáculos con los que se encuentran las inmigrantes para acceder a los centros de acogida. Muchas de estas mujeres han conseguido sus papeles gracias a su marido, ya que han sido reagrupadas en España desde su país de origen gracias a él. Por tanto, tienen miedo a denunciar a su agresor porque temen poner en peligro su estatus legal.
Ante esta situación, Amnistía Internacional pide al Gobierno que garantice la plena protección de los Derechos Humanos de las mujeres inmigrantes y un cambio en el Reglamento de la Ley de Extranjería.
En opinión de la ONG, la normativa debe permitir que las autorizaciones de residencia, tanto para las mujeres reagrupadas por su agresor como por circunstancias excepcionales, lleven aparejado un permiso de trabajo para que puedan encontrar un empleo e independizarse.
Fuente El Mundo
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