El último caso de mezcla trágica de violencia de género y medios de comunicación ha sido el de Svetlana. Ella fue a la televisión esperando una sorpresa. Allí se encontró con su ex pareja, Ricardo Navarro, quien le propuso matrimonio. Ella no accedió y él la mató días después del rechazo televisivo. Él estaba condenado por malos tratos a 11 meses de prisión y dos años de alejamiento, pero la sentencia todavía no se le había notificado.
La delegada especial del Gobierno para la Violencia de Género, Encarnación Orozco, y varios colectivos de mujeres criticaron ayer por "irresponsable" el programa de televisión en el que participó la última víctima de violencia machista, una mujer rusa de 30 años. "Es un caso de libro", señala Orozco. "La decisión de una mujer maltratada de romper con el maltratador es muy difícil. Svetlana lo hizo. Y someterla a verse de nuevo con él y ratificar su decisión es durísimo. No caben las mediaciones en casos de violencia de género. Los programas que intentan rehacer relaciones maltrechas tienen que hacer una investigación muy seria para saber dónde se están metiendo".
La presidenta del Observatorio contra la Violencia de Género del Consejo General del Poder Judicial, Montserrat Comas, opinó ayer que ni el programa ni la cadena tienen responsabilidad "ni directa ni indirecta" en el crimen, del que sólo cabe culpar al asesino, pero que podría haber responsabilidad civil "si se confirma que la mujer desconocía el contenido del programa y a lo que se iba a enfrentar". Comas pidió una reflexión a los medios sobre los programas en los que se mercadea con la intimidad de las personas por los riesgos que se pueden correr en los casos de violencia de género.
Antena 3 condenó ayer el asesinato de Svetlana y afirmó que "se han cumplido todas y cada una de las medidas de control que permite la ley, tal y como se le había pedido a la productora", según señaló un portavoz de la cadena, que calificó de "injusto" que se establezca una relación causa-efecto entre el programa y la muerte de la mujer. Otras cadenas salieron en defensa de Antena 3, pidiendo que no se cargaran las tintas contra el programa. Tanto Ana Rosa Quintana, de Telecinco, como Concha García Campoy y Antonio San José (Cuatro) señalaron que el asesino burló los controles establecidos y que el hecho de que pasara por un programa de televisión es una circunstancia, no una causa del crimen.
El debate derivó ayer finalmente hacia los contenidos televisivos en general. Especialmente crítico se mostró el catedrático de Literatura y Comunicación de la Universidad de Sevilla y presidente del Consejo Audiovisual de Andalucía, Manuel Ángel Vázquez. "Estamos asistiendo a un proceso de degradación progresiva del medio televisivo en la carrera por buscar audiencia. La dinámica del todo vale está llevando a un juego diabólico que explota la aparición de lo privado en el ámbito público". Vázquez apela a la responsabilidad de los operadores para evitar los "programas basados en la sorpresa y la excitación del morbo" e impedir que en un plató se puedan sentar juntos maltratador y maltratado. "Estamos en un límite absolutamente inadmisible. Los medios están incentivando la comisión de delitos. Hay delitos que se cometen para ser retransmitidos a través del móvil o de YouTube".
"La televisión ha renunciado a poner límites a los contenidos por la competitividad brutal que hay entre las cadenas", opina la ex defensora del espectador de Antena 3. "Sólo piensan en las audiencias y no en las consecuencias de lo que se emite. El código de autorregulación no ha servido para nada, así que sólo queda el código penal. El estado ha renunciado a dar la batalla en pro de los derechos humanos y la dignidad de las personas".
Fuente El País
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