El 50,4% de las muertes por violencia de género se producen dentro de los tres primeros días después de un asesinato machista previo. Éste es uno de los datos que revela un informe del forense Miguel Lorente para la Junta de Andalucía y que, junto a otros estudios, ha servido de base para que el Gobierno se planteara la necesidad de pedir a los medios de comunicación un "código de autorregulación" sobre las noticias relacionadas con esta materia.
En 2006 fallecieron 68 mujeres víctimas de la violencia machista. Si las muertes se hubieran distribuido de forma homogénea a lo largo del año se habría registrado una muerte cada 5,3 días. Pero lo cierto es que la diferencia de tiempo más frecuente entre un asesinato sexista y otro (el 30,1% de los casos) fue el año pasado de apenas 24 horas.
El estudio elaborado por la dirección general de asistencia jurídica a víctimas de violencia, dependiente de la consejería de Justicia y Administración Pública de la Junta de Andalucía, revela cierta tendencia a la agrupación de casos en determinados momentos. El 38% de las fallecidas en 2006 (26 de las 68) murieron el mismo día o un día después de que se difundiera otro asesinato de una mujer a manos de su pareja o ex pareja y el 61,9% de los casos se produjeron dentro de los tres primeros días tras la difusión de uno previo. El año pasado esta acumulación de casos fue mucho más marcada que en años anteriores. La cifra media de los cuatro últimos años (de 2003 a 2006) revela que el 50,4% de las muertes por violencia de género se producen dentro de los tres primeros días después de un caso previo.
El forense Miguel Lorente, autor del informe, considera que "no se puede descartar" que la difusión de un caso "precipite" en algunos hombres "la idea que se venía manejando con anterioridad", aunque sostiene que en la acumulación de sucesos intervienen factores muy diversos. "Un hombre no mata a una mujer porque vea una noticia. Puede ser que precipite una decisión que ya había tomado, pero eso no quiere decir que si no hubiera visto esa información no habría matado", señala Lorente, quien considera que la difusión de los casos de violencia de género "ayuda a concienciar" a la sociedad, mientras que ocultarlos "no evita muertes".
La distribución de muertes a lo largo del año revela otro dato llamativo: aunque ningún mes se libra de esta lacra, en agosto y navidad se producen más. Según el autor del informe, no es causal. "Las especiales circunstancias que suelen producirse en estos periodos tienen una repercusión directa en la relación de pareja y en la lectura que hace el agresor de ellas y actúan como factor añadido en el desencadenamiento de la violencia".
El informe analiza también las conductas más frecuentes en el agresor tras matar a la víctima. Y el autor encuentra un dato "preocupante": están aumentando las entregas voluntarias, una actitud que se asocia con agresores poco integrados en la sociedad y "que hacen de su conducta una especie de reivindicación". "En la mayoría de los casos el hombre tiene planificado entregarse, no lo hace por un arrepentimiento espontáneo", señala Lorente. Con todo, la actitud más habitual tras el asesinato sexista es el suicidio (25% de los casos en 2006), un dato que, según los expertos, tiene un matiz positivo porque indica que el hombre advierte un "rechazo social" a la violencia contra la mujer.
Fuente El País
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