El centro de reinserción de la Asociación «Nueva Vida», situado en Santander, acogerá desde enero al «asesino de la catana», que permanecerá allí en situación de libertad vigilada durante dos años y medio. José Rabadán iniciará en la capital cántabra una nueva vida, después de que la juez de menores de Murcia, comunidad donde cumple la pena de internamiento que le fue impuesta, haya dictado un auto en el que establece esta medida.
En principio, estaba previsto que Rabadán, quien asesinó a sus padres y a su hermana, quedara libre en agosto. Sin embargo, la magistrada Ascensión Martín ha decidido adelantar la situación de libertad al considerar que mantenerlo interno «influiría negativamente en su evolución personal».
Rabadán fue condenado a seis años de internamiento terapéutico y a otros dos de libertad vigilada. El próximo 24 de agosto se cumplen esos seis años, pero la juez ha decidido adelantar el fin del internamiento con los informes favorables del psiquiatra, la Fiscalía de Menores y la Dirección General de Familia y Servicios Sectoriales de la Comunidad autónoma, que ha valorado como «correcto» el comportamiento de Rabadán, de 22 años de edad, en el centro murciano de Las Morenas.
Los responsables de «Nueva Vida», asociación de la Iglesia Evangélica, se han comprometido a buscar un trabajo a Rabadán para facilitar su reinserción, aunque no podrá abandonar la comunidad cántabra. En esta casa el joven quedará en régimen de acogida y recibirá los cuidados y el apoyo psicológico necesario.
Con su traslado a Santander, el asesino de la catana pondrá fin a cinco años y medio de internamiento en los que, según los Servicios Sociales, sólo ha protagonizado un incidente: su fuga durante una excursión a Elche en septiembre de 2003, una escapada que, según los psicólogos, estuvo motivada por su afán de notoriedad.
José Rabadán mató a sus padres, de 51 y 54 años, y a su hermana, afectada por síndrome de Down, en abril de 2000. Su caso se hizo tristemente famoso por la crueldad del crimen. El joven asesinó a su familia, que vivía el barrio murciano de Santiago el Mayor, con una catana, un sable japonés. A Rabadán se le aplicó la Ley del Menor del año 2000, y se le condenó a 12 años de internamiento terapéutico. Finalmente, de acuerdo a las limitaciones establecidas por la propia legislación y teniendo en cuenta que ya llevaba tiempo en prisión, la pena se concretó en la práctica en seis años de internamiento terapéutico y dos de libertad vigilada. El asesino de la catana tenía 16 años cuando cometió el crimen.
Fuente ABC
En principio, estaba previsto que Rabadán, quien asesinó a sus padres y a su hermana, quedara libre en agosto. Sin embargo, la magistrada Ascensión Martín ha decidido adelantar la situación de libertad al considerar que mantenerlo interno «influiría negativamente en su evolución personal».
Rabadán fue condenado a seis años de internamiento terapéutico y a otros dos de libertad vigilada. El próximo 24 de agosto se cumplen esos seis años, pero la juez ha decidido adelantar el fin del internamiento con los informes favorables del psiquiatra, la Fiscalía de Menores y la Dirección General de Familia y Servicios Sectoriales de la Comunidad autónoma, que ha valorado como «correcto» el comportamiento de Rabadán, de 22 años de edad, en el centro murciano de Las Morenas.
Los responsables de «Nueva Vida», asociación de la Iglesia Evangélica, se han comprometido a buscar un trabajo a Rabadán para facilitar su reinserción, aunque no podrá abandonar la comunidad cántabra. En esta casa el joven quedará en régimen de acogida y recibirá los cuidados y el apoyo psicológico necesario.
Con su traslado a Santander, el asesino de la catana pondrá fin a cinco años y medio de internamiento en los que, según los Servicios Sociales, sólo ha protagonizado un incidente: su fuga durante una excursión a Elche en septiembre de 2003, una escapada que, según los psicólogos, estuvo motivada por su afán de notoriedad.
José Rabadán mató a sus padres, de 51 y 54 años, y a su hermana, afectada por síndrome de Down, en abril de 2000. Su caso se hizo tristemente famoso por la crueldad del crimen. El joven asesinó a su familia, que vivía el barrio murciano de Santiago el Mayor, con una catana, un sable japonés. A Rabadán se le aplicó la Ley del Menor del año 2000, y se le condenó a 12 años de internamiento terapéutico. Finalmente, de acuerdo a las limitaciones establecidas por la propia legislación y teniendo en cuenta que ya llevaba tiempo en prisión, la pena se concretó en la práctica en seis años de internamiento terapéutico y dos de libertad vigilada. El asesino de la catana tenía 16 años cuando cometió el crimen.
Fuente ABC
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