Un grupo de 11 mujeres han denunciado una situación de constante humillación, amenazas y maltrato psicológico en el centro de acogida para mujeres víctimas de violencia de género de Málaga donde residen, cuya gestión corresponde al Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) y a la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía.
"Estamos casi igual que si viviéramos con nuestro maltratador", ha señalado una de ellas durante la reunión mantenida con ELMUNDO de Málaga a instancias del concejal del grupo mixto en el Ayuntamiento malagueño, Antonio Serrano, en su despacho del Consistorio.
Todas ellas han admitido tener mucho miedo a la hora de exponer su situación, "porque cuando esto se sepa esperamos reprimendas en el centro", y no han querido facilitar ningún dato personal. Sin embargo, sí han expuesto este jueves las vejaciones que sufren cada día por parte del personal "perteneciente a la empresa AGISE S. L., beneficiaria de la concesión administrativa por la que gestionan todas los centros de acogida de Andalucía", ha explicado Serrano.
Cuando estas mujeres fueron enviadas, junto a sus hijos, a dichos pisos para alejarlas de su maltratador y ofrecerles ayuda para la integración social y laboral "no nos esperábamos los que nos íbamos a encontrar", ha explicado una de ellas, la única que se fue prematuramente del centro "porque no aguantaba más".
Día a día se enfrentan a insultos que las cuestionan como madres, ridiculizan su aspecto físico e incluso llegan al racismo por parte de las empleadas. "A las inmigrantes nos dicen que se van a ocupar de buscarnos los billetes para que nos volvamos a nuestro país", denuncia una de ellas. El apartado de agresiones verbales se completa con "estás anoréxica y horrible, deberías comer un poco más" y otras frases parecidas que han alterado los ánimos y los nervios de alguna de ellas.
Las revisiones mensuales de sus pisos, como marca el reglamento interno, son utilizadas de forma fraudulenta, aseguran. "El reglamento dice que tenemos que estar nosotros y dos personas más durante la inspección, pero la hacen en el momento que salimos por la puerta", mantiene una de ellas. Después de estas revisiones son obligadas a firmar partes de incidencias que se acumulan "para que nos puedan sacar de aquí", añade. La instalación de otras familias en un mismo piso es una medida de presión con la que, según denuncian, buscan "echarnos sin ni siquiera ayudarnos antes".
El periodo máximo de residencia en los pisos de acogida son nueve meses, en los cuales se ha iniciado a la víctima de violencia de género en la integración social dándole medios y orientándola en la búsqueda de empleo. Ellas matizan: "Lo único que hacen es darnos 50 fotocopias de nuestro curriculum y nos dan las direcciones de edificios para que pidamos echar por lo menos unas horas de plancha", según ha afirmado otra de las afectadas, extranjera. "Nos regañan si no buscamos trabajo y también nos regañan si lo hacemos", ha añadido otra.
Amenazas
Las cuatro afectadas han señalado al personal como responsable de toda la situación descrita. En concreto, han mencionado a la directora, quien las ha amenazado con devolverlas "con la mierda de marido que has tenido para que te quedes en esa mierda".
Además, la psicóloga no respeta la confidencialidad de sus reuniones con estas mujeres –dicen– y utiliza sus confesiones para atacarlas. La razón de tanta humillación está clara para ellas: "Tienen hambre de poder sobre nosotras".
El trato que recibe este grupo de mujeres afecta directamente a sus hijos, quienes "son los que más los sufren", ha sentenciado una de ellas, cuyo caso es el más grave de todos. Tiene un hijo con el 57% de discapacidad y una hija que tiene un juicio pendiente por violación. "No se han preocupado por ninguno de los dos, ni por mí, que tengo cuatro juicios y cuando salga no sé que tengo que hacer".
Sin información
Aseguran, incluso, que desde el centro se ha negado cualquier ayuda e información a una mujer que ha sufrido un intento de asesinato. No es difícil percibir que estas mujeres necesitan mucho apoyo después de sufrir maltrato por parte de su pareja, pero desde la Dirección General de Violencia de Género no entienden que el miedo les impida denunciar su situación en el centro.
"Tienen información con sus derechos y deberes por todo el centro, y el número gratuito de atención"», ha explicado a este periódico la directora de la institución, Soledad Ruiz, quien ha añadido que "nosotros estamos aquí para garantizar sus derechos ante una posible negligencia".
Se ha mostrado sorprendida por la denuncia de estas mujeres y ha llegado al compromiso inmediato de iniciar una investigación en todas las casas de acogida de Málaga. "Ahora vamos a hablar con todas las mujeres y vamos a abrir expedientes si es necesario", añadió.
Por su parte, la directora del IAM, Pilar Oriente, ha tenido constancia de la situación hace varias semanas a raíz de una reunión con Serrano. "He investigado un poco y defiendo el trabajo del personal, que está sometido a un trabajo difícil", ha explicado Oriente, quien ha señalado que"algunas de estas mujeres son muy complicadas y están demasiado acostumbradas a recibir cosas gratis".
Fuente El Mundo
No hay comentarios:
Publicar un comentario