La Audiencia de Lleida ha acordado mantener la orden de alejamiento que pesa contra un presunto maltratador, a pesar de que su mujer solicitó al juez que la anulara alegando que la pareja se había reconciliado. La mujer denunció a su marido por una presunta agresión ocurrida el pasado 10 de julio en el domicilio conyugal, en La Seu d'Urgell. Después de insultarla, el hombre la amenazó de muerte y le propinó un golpe en el brazo, le dio una bofetada y le tiró del pelo.
La víctima de la agresión acudió al día siguiente al juzgado y aportó fotografías y un parte médico que reflejaban las numerosas contusiones sufridas. El juez dictó una orden de protección que incluía la prohibición al marido de acercarse a menos de 100 metros de ella. Un mes más tarde, la mujer consiguió que el mismo juez dejara sin efecto dicha orden de protección. El fiscal presentó recurso contra el cambio de criterio del juez y ahora un tribunal de la Audiencia de Lleida ha decidido mantener la orden de alejamiento, al considerar que dicha medida "no puede quedar al arbitrio de la víctima" de un caso de violencia doméstica. Argumenta el tribunal que en muchas ocasiones la decisión de las víctimas de pedir que se anule una orden de alejamiento se debe a "presiones o inclusive al temor o pavor a sufrir represalias".
La resolución de la Audiencia de Lleida está en la línea marcada por el Tribunal Constitucional, que en otros casos similares ha avalado la obligación de la medida de alejamiento a quienes cometan delito de violencia machista aunque la víctima se oponga a la separación física de su agresor.
Fuente El País
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