Educadas en el machismo, crecidas en la naturalidad de la agresión, minadas de autoestima... Más de un millón de mujeres mayores de 65 años revela haber sufrido violencia de género en su vida, casi 300.000 en el último año. Lo dice la estadística, pero en el sótano de las cifras, escondidas, hay más. Las que lo callan, lo perdonan o ni lo identifican. Es la violencia machista en la última edad, la gran bolsa oculta del maltrato de género.
«Mi marido me ha dado una bofetada o me ha empujado alguna vez, pero eso no es maltrato. Maltrato es que te dé una paliza», contestaban muchas en una gran encuesta realizada por el Gobierno en 2006. «¿Qué van a pensar mis hijos si me separo? ¿Dónde voy a ir ya, si no sirvo para nada?», le dijo no hace mucho a su psicóloga una señora de 70 años, los mismos que la asesinada de ayer y tan encanecida de violencia como ella, en el estreno de su terapia... Mujeres mayores que parecen viejas de más.
La macroencuesta de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género en 2011 es la última gran aproximación estadística que se ha hecho sobre el fenómeno más allá del maltrato que llega a los juzgados.
El trabajo arroja datos inquietantes sobre la violencia machista en España, como el de que el número de mujeres que la han sufridoalguna vez en la vida es de 2.154.706. Es decir, casi el 11% de las mujeres que viven en España. Trasladada al último año, la cifra llega casi a las 600.000, el 3% de la población femenina.
La macroencuesta de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género en 2011 es la última gran aproximación estadística que se ha hecho sobre el fenómeno más allá del maltrato que llega a los juzgados.
El trabajo arroja datos inquietantes sobre la violencia machista en España, como el de que el número de mujeres que la han sufridoalguna vez en la vida es de 2.154.706. Es decir, casi el 11% de las mujeres que viven en España. Trasladada al último año, la cifra llega casi a las 600.000, el 3% de la población femenina.
Cuando la investigación estudia los grupos de edad desvela que el de mujeres mayores de 65 años es el que menos manifiesta sufrir o haber sufrido violencia machista. Y, pese a ello, cuando a esas mujeres se les pregunta por violencia recibida alguna vez en la vida contesta que sí el 6,7%. O sea, 1.324.452 mujeres. Y en el último año, 276.751, el 1,4%.
«En esa cifra del último año influyen dos factores: la viudedad y el alto porcentaje de las mujeres que han logrado salir de la violencia. Llega un momento en que hay más crítica, la mujer dice basta. Pero también aumenta el riesgo». Habla el forense Miguel Lorente Acosta, que dirigió aquella macroencuesta como último delegado del Gobierno socialista contra la Violencia de Género.
¿Por qué las mujeres mayores son las que menos revelan su maltrato? Miguel Lorente: «Porque experimentan una normalización de la violencia. Y van admitiendo como normales elementos de mayor intensidad. Lo que antes era un empujón, ahora es una paliza. Lo llegan a justificar sobre motivos usuales o a considerarse ellas responsables.
Es el grupo de mayor vulnerabilidad, el que tiene más dependencia emocional, física y hasta económica. Y menos oportunidades para rehacer su vida».¿Por qué las mujeres mayores son las invisibles de la violencia de género?
La psicóloga clínica Susana Enciso lleva un manojo de años rehabilitando víctimas y reconstruyendo vidas en un centro de recuperación integral de mujeres maltratadas. Y tiene respuestas: «Han sido educadas en el machismo; la mujer en casa, las decisiones importantes las toma él... Además, llevan tantos años de violencia que la han normalizado, aunque les sigue dañando igual.
La violencia forma parte de su vida. Hay mujeres con 40 años de humillaciones y desvalorización a cuestas. Les han devuelto un reflejo de ellas mismas que les hace sentirse muy pequeñas. Tienen las fuerzas limitadas y una sensación de autoeficacia muy baja. Ellos les han convencido de que no pueden ser nada por sí solas».
«Pero nadie -prosigue esta experta- se dirige a ellas, no hay campañas específicas.
Es como si no existieran. La sociedad debe darles respuestas y ayudas reales, ofrecerles un lugar en el que no haya que partir de cero a una edad tan avanzada».
En la vida de las mujeres mayores violentadas hay un momento crítico. Susana Enciso: «La jubilación de él. Los hijos se han ido de casa, él tiene todo el día por delante y ya no hay nada que le frene. Recuerdo una mujer que me lo dijo todo en una frase: 'Se acabó mi libertad condicional'».
Fuente El Mundo
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