El titular del Juzgado de Familia número 7 de Sevilla, Francisco Serrano, se sentó ayer en el banquillo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) acusado de un delito de prevaricación dolosa al modificar el régimen de visitas de un niño para garantizar su salida en una procesión de Semana Santa junto a su padre en 2010, por lo que el fiscal le pide 10 años de inhabilitación. El juez Serrano esgrimió ayer ante el tribunal el "interés del menor" y su intento de no "hacer daño" a las partes implicadas para justificar su decisión.
Serrano es un juez que se ha hecho conocido por sus enfrentamientos con la Audiencia de Sevilla -por retrasar intencionadamente la ejecución de sentencias dictada por la Sala Sexta y con las que no estaba de acuerdo- y, más recientemente, por sus virulentos ataques a la Ley Integral contra la Violencia de Género y la denuncia contra la vocal del Consejo General del Poder Judicial y presidenta del Observatorio contra la Violencia de Género, Inmaculada Montalbán.
El juez, al que el CGPJ le abrió expediente en 2010 por haber compaginado su puesto con la presidencia de una asociación beligerante contra la legislación contra el machismo, llegó a hablar de "dictadura del feminismo radical" y de "genocidio" entre los hombres por la retirada de la custodia de los hijos. Serrano cuenta con numerosos aliados -los jueces de las Audiencia de Sevilla le han mostrado su apoyo hasta en dos ocasiones en este caso- y algunas asociaciones contrarias a la legislación contra la violencia machista le colocan como su mascarón de proa.
En el caso que se ve estos días en Granada, se acusa al juez de maniobrar para conseguir hacerse primero con el caso y luego dictar la prolongación forzosa del menor con el padre para que pudiera procesionar. Serrano negó ayer que tuviera conocimiento previo del asunto y contó que fue un abuelo y su nieto los que llegaron a las puertas de su juzgado ante el temor del pequeño a recibir una negativa de su madre para salir en procesión, según un correo electrónico que el juez -admite- no llegó a ver. El régimen de visitas estaba fijado en el proceso de divorcio en un juzgado de Violencia de Género. Serrano, que comparte abogado -Joaquín Moeckel- con el padre del menor, instruyó al abuelo para que enviará una carta al decanato ante la "urgencia" que el juez veía en el asunto. Posteriormente, él mismo llamó al juez decano de Sevilla para advertirle de la necesidad de resolverlo cuanto antes. Tras varias incidencias, entre las que la defensa cita un "problema informático", el caso volvió al juzgado de Serrano esa misma mañana y él acordó que el menor se quedará con su padre para procesionar y "no perdiera el sitio en la hermandad".
Fuente El Pais
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