Ocho jueces, dos letrados, dos vocales del Poder Judicial y un experto en medicina forense han dibujado en un minucioso informe la radiografía de la violencia doméstica en España a petición de la presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género y Vocal del CGPJ, Montserrat Comas d’Argemir, que deseaba disponer de una visión general de los asesinatos y homicidios cometidos dentro de la pareja una vez juzgados y sentenciados. El CGPJ ha adelantado algunas de las conclusiones de este informe, el primero de estas características que se realiza en España y que concluirá en un plazo aproximado de cuatro meses.
El documento desmitifica el tópico de que el autor de los asesinatos ha matado a su pareja o ex pareja movido por una alteración mental o a causa de una adicción al consumo de drogas o de alcohol. Sólo en un 5,44% de los casos se consideró como atenuante la alteración psíquica. Como eximente, en su versión completa e incompleta, se tuvo en cuenta sólo en un 2,04% y en un 6,80% de las sentencias respectivamente.
En lo que se refiere al consumo de bebidas alcohólicas y drogas, la circunstancia atenuante tan sólo se ha apreciado en un 3,40% de las resoluciones dictadas, mientras que la eximente incompleta se ha admitido en un 2,04% de las sentencias.
El Poder Judicial confirma con datos aplastantes que las víctimas del terrorismo doméstico tienen nombre de mujer. El 94,4% de los asesinatos y homicidios habidos en el periodo de referencia fueron cometidos por hombres. Del total de 147 sentencias, el 96,5% fueron condenatorias y el 3,40 absolutorias y no constan, prácticamente, denuncias previas a los hechos, pese a que en algunas sentencias se recoge la existencia de agresiones o amenazas anteriores.
Cerca de la mitad de los crímenes (el 51,07%) se produjeron cuando existía vínculo matrimonial y en el 48,93% de los casos la relación afectiva era de convivencia de hecho o de noviazgo. El escenario del crimen fue el domicilio común o el de la víctima en ocho de cada diez casos (un 79,31% ). Seis de cada diez víctimas (un 64,28%) dejaron huerfános y en el 12,59% de los casos los pequeños fueron testigos presenciales del crimen.
En esta batería de datos que dibuja una de las mayores lacras sociales de este país también figura que el asesino es el 73,10% de los casos español y en el resto, un 26,9%, es extranjero. Cuando se mira hacia las víctimas la proporción que aparece es similar:el 70,42% son españolas, las restantes el 29,58%, extranjeras.
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